IMPOSIBLE PARA EL TIEMPO




¡Que cante fuerte el Poeta!
¡Que no desmaye en su propósito!
Hemos esperado cientos de años para sentir así ese cantar,
Que no se calle nada,
Que no vuelvan a imponernos el vil silencio
Y que tras su canto, renazca la esperanza de los creídos vencidos.
¡Ah, que el amanecer suyo nos recuerde  nuestros amaneceres perdidos!
¡Que siga soñando con tal intensidad!
¿No hemos sentido y soñado de igual forma la vida todos?
¿Qué ciudad ahora le celebra mientras sonríe y de la soledad se mofa?
¿Qué otra enseñanza sobre el amor nos ha de dar?
¿No está Nuestro Señor complacido por la justeza de sus palabras?
Que sus pasos sigan siempre firmes por donde esté
¡Que cante fuerte el Poeta!
¡Que siga cantando hasta sentir sus palabras cruzar por todo el mundo!
Estamos cansados de tantos versos mentirosos,
Hemos esperado tanto la unión vital de los que resisten hasta el final,
Los que con sus vidas hacen el mejor de sus poemas,
Los que saben qué es un poema,
Y así,
¡Que cante lo más sonoro posible!
¡Que su canto sea tan estridente que en la memoria de los tiempos quede!
Cansados estamos de testimonios pesimistas,
De leer las tristezas de otros y vernos en ellas,
¿Hemos venido a este mundo con ese fin?
¿Quién habla de alegrías cuando todo es oscuro y sin salida?
¿Quién agradece cuando las quejas abundan y los días son infinitamente inciertos!
¡Qué raro es encontrar así tu canto Poeta!
Por eso,
¡Canta y sigue cantando!
¡No queremos seguir llorando nuestras penas, no queremos el licor amargo que nos envenena!
¡Canta hasta morir si es posible!
¡Florecerán las oraciones de los nacidos para ser fuertes en tu tumba!
Los peregrinajes querrán saber de tus glorias y hazañas
De tus noches imposibles y los amores que te recuerdan.
¡Ah, Poeta, que cuando cantas así de fuerte, el mundo entero canta!
¿No es esto la poesía?

Julio Mauricio Pacheco Polanco
Poeta

Todos los Derechos Reservados para

Julio Mauricio Pacheco Polanco

Comentarios

Entradas populares de este blog

MANUAL PARA NO DESPERDICIAR LAS NOCHES

EL POEMA QUE HONRÓ AL MUNDO

EL CORAZÓN QUE VOLVIÓ A SU DUEÑO