LA HORA DEL VENCEDOR




Y ahora que sé quién es quién en esta ciudad,
Mientras escribo con suma placidez
Sin tener que ser molestado por mujer alguna
Con el celular a la mano,
Escogiendo a qué muchacha llamar
Para ser feliz, sin que acaso, deba prometer algo más que placer,
Me sé libre para mis 45 años,
Conforme a La Ley, si acaso ésta esté en mi llamado
Cuando quiera meter preso a cualquier granuja
Por alterar mi paz conquistada.
Y ahora que puedo ver los rostros sin caretas
Y contemplar la vergüenza en los rostros que fingían ser decentes,
Ahora que he confirmado cuán diferente soy
Como así es el propósito de los maestros que leí en esa juventud
Donde acosado por los perdedores,
Ahora tienen que soportar mi hora vencedora.
Es que escribo para los que como yo
Con el orgullo de saberse Hombre
No hemos cedido a la noche de los derrotados,
Los que en las esquinas penan sus desgracias
Y en sus borracheras maldicen a los que siendo buenos
Ni con la corrupción hemos tranzado
Ni hemos callado por tener un título profesional
Que hemos despreciado, por sabernos correctos.
¡Ah, sé que mis palabras no han de gustarte!,
Pero me las he ganado en base a luchas de días enteros de escarnio inmerecido
Para testimonio de los que como yo
Hemos sufrido el asecho de los infelices,
Los que quisieron derrotarnos
Cuando en la noche más terrible, saqué fuerzas de donde ya no habían
Para rechazar a la mujer que todos rechazaban
Por saber que había algo más allá en el camino
Si es que desde entonces disfruto de las más muchachas y bellas
Las más femeninas, expertas en el amor,
Las que saben que no deben llamar a medianoche
Las que yo sí puedo llamar a medianoche,
En esta hora donde sé quién es quién,
Esperando el momento,
Para saldar las últimas cuentas,
Las últimas cuentas.

Julio Mauricio Pacheco Polanco
Poeta

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Julio Mauricio Pacheco Polanco

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