LA MUCHACHA, EL APEGO Y EL AMOR





Cómo te digo muchacha que no soy el amor que buscas
Que puedo hacerte muy feliz
Y llenarte de los placeres superlativos que tanto buscas
Pero que no serás sin embargo mi única mujer
Por más que al momento de amarte
Sientas que soy plenamente tuyo.
Cómo te digo muchacha que debes buscar en otras hogueras
Ese deseo que he despertado en ti
Y que encuentro reiteradas veces en los cuerpos de decenas de muchachas
Que saben, a mí no deben aferrarse
Porque yo no me apego a ellas de igual manera.
No soy ningún Don Juan ni tampoco un canalla que juega al amor,
Mis citas solo las tengo con las muchachas que aman al amor
Y que tendrán que pasar muchos años
Para que recién esté interesado en querer conocer
A la mujer que sea mi socia cuando vea en ella
Lo que deba aprender y enseñar
Si es que solo la vea como la que sea la madre de mis hijos a tener.
En nada soy celoso ni absorbente con las que me brindan placer
Si acaso soy su maestro en esos lechos donde la felicidad encontramos,
Mas no puedo amarte, porque no te sería fiel
Así me perdonases una y mil veces y ningún reclamo alguno me  tuvieses.
Sé que en tu hogar hay muchos sueños e ilusiones donde soy el mejor
Y sé que estoy en tus pensamientos hasta en cada aliento que das
Y el fuego de tus entrañas ansía por conocer mi manera de amar,
Pero estoy más allá de los demás hombres cuando digo: te amo
Y amo sin esperar volver a encontrar a la muchacha a la que he amado,
Porque sin duda, otra muchacha volverá a amarme
Y volveré a decirle de igual forma: te amo
Y tú no vas a entender ese te amo cuando seas mía y no me vuelvas a ver más.
Mi corazón es mío y, por el mundo va, cantando canciones felices mientras ama,
Porque si duda, llegará el día en que habrá alguien cuya sabiduría sea superior a la mía
Y entre todos tal vez me elija, o tal vez yo la elija
Si es que antes no haya terminado por enamorarme del todo de la soledad
Y esta forma de amar,
Porque yo no me apego a ninguna de las muchachas con quienes sé del placer
Y tú, solo te aferrarías a mí,
Sin lograr entender nunca cuánto me costó conquistar esta libertad
Que no es común a todos los hombres
Y es el magnetismo que de mí te enloquece
Sin que yo haya hecho nada, para seducirte.

Julio Mauricio Pacheco Polanco
Poeta

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Julio Mauricio Pacheco Polanco

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