LA MUCHACHA RUBIA DE OJOS CELESTES




Mira que al releer uno de mis libros recordé que significaste algo,
Pero fue hace tanto tiempo,
Yo me he convertido en un hombre interesante
Y con mucho éxito con las veinteañeras
Y la última vez que nos vimos
Te dije que ya no eras una quinceañera como para esperarte media hora
Como en su momento sí lo hacía, sin molestarme.
¿Te amé?
He olvidado eso, ello me conlleva a perseverar en mis escritos,
Debo seguir escribiendo para recordar lo que viví
Porque en su momento te vi como la mejor
Pero hay tanta diferencia entre un hombre de 45 años
Que sabe que nuestra plenitud la alcanzamos a los 55 años
Y gozo de tan buena salud y tanta potencia sexual
Y mira que estoy con las mejores
Y no me enamoro, a pesar que ellas se someten a todo.
Recuerdo la última vez que te tuve desnuda en mi habitación,
El cómo te mostrabas así al abrir las cortinas
Para marcar un territorio donde temiste perder.
Yo que vengo de familia de longevos
Donde los varones dejaron decenas de hijos
Para el orgullo de las sementeras que solo querían ello: un hijo.
Y pasarán las décadas y seguramente relea este escrito
Y siga riéndome de esos autores que pretendieron hablar sobre el amor.
A mi edad, es suficiente con que aprendan a hacer el amor conmigo,
Ya no hay mujer que pueda alcanzarme cuando voy a mil por hora
Mientras hago el amor y filosofo o canto a todo pulmón
O simplemente espero con ansiedad y felicidad a las que he de conocer.
Mira que alguna vez no tuve con quien conversar en plena desesperación
Y una amable mujer se disculpó conmigo cuando le dije que me sentí muy solo
Que solo quería conversar, que no podía más
Para que ella me entendiera disculpándose diciéndome
Que gustosa me habría conversado pero que esperaba desde su banca
A su amante,
Amante, esa palabra que no entendía.
Y los leo a todos mientras mi mente está llena de muchachas
Y no entiendo ya los ruegos de amor,
Para mí el amor a primera vista es solos segundos
Que preceden al amor, al placer, a no importarme a que no las vuelva a ver
Porque sé que hay cientos de muchachas más
Y yo, soy libre, como a muchos hombres comprometidos les gustaría ser
Mientras preservativo tras preservativo
Ya dos horas de sexo con dos muchachas no me basta.
Leí esa novela donde escribí sobre ti y otras muchachas más
Y me pregunté: ¿dónde se fue el amor?
No, eso no era amor.
¡Ahora lo sé!

Julio Mauricio Pacheco Polanco
Poeta

Todos los Derechos Reservados para

Julio Mauricio Pacheco Polanco

Comentarios

Entradas populares de este blog

MANUAL PARA NO DESPERDICIAR LAS NOCHES

EL POEMA QUE HONRÓ AL MUNDO

EL CORAZÓN QUE VOLVIÓ A SU DUEÑO