LA NOCHE CUANDO DIOS LLAMÓ A TODOS




Yo podría pensar ahora que fue un Holograma,
Que al hombre más fuerte de la ciudad
Le dijeron que en Arequipa no existe un solo fiel,
Y que pondría a prueba ese febrero del 2003
A los cerca de un millón de habitantes
Cuando mostrase ante el cielo de todos
La Estrella de David.
Yo que estuve solo y abandonado
Luego de haber sido internado 4 veces en un psiquiátrico
Caminando por las calles bajo el efecto del Haldol Decanoas de 100 ml,
Sin poder articular mi habla,
Atrapado bajo los efectos de la desesperación propia de esa droga legal,
Yo que te negaba porque mi dolor no tenía respuesta,
Esa noche para mi gloria te vi en el cielo,
Vi tu hermosa Estrella y agradecido
Luego de muchos años de ateísmo
Honrado me dijiste que existes,
Y por fin no tuve miedo.
El mundo iba a entrar en una gran guerra mundial
Mas yo ya no tuve miedo,
Mis pasos querían ir hasta Bagdad con el Papa Juan Pablo II
Luego de haberle escrito una carta a la Nunciatura Apostólica,
a Rino Passigato,
Luego de haber declarado públicamente que no temía morir por la Paz Mundial,
Que creía en la venida de Nuestro Señor
Y en la Resurrección prometida
Y que el mundo tendría 1,000 años de paz y felicidad en su gloria.
Era un hombre apartado de las mujeres,
Un hombre diagnosticado injustamente con locura,
Un muchacho que una mañana dejó de trotar
Para empezar su peregrinaje por la carretera como lo había declarado
A los medios de comunicación.
Dios había llamado a todos, o tal vez fue un Holograma,
Una prueba ante el hombre más fuerte de la ciudad
Para saber si en ese millón de habitantes
Existía alguien fiel a Nuestro Señor.
Fui feliz en la carretera por los desiertos,
Sabía que iba al encuentro con mi Dios,
Ya no había nada qué temer,
Sabía que por fin ya no estaría solo nunca más.
Y tal como está escrito, así ocurrió para la memoria de los justos.

Julio Mauricio Pacheco Polanco
Poeta

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Julio Mauricio Pacheco Polanco

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