SOBRE EL ORGULLO
Cuando hayas salvado a aquel que quiso quitarse la vida
Y lograses comprender lo que has hecho,
Siéntete orgulloso, guarda silencio y, no lo comentes.
Cuando hayas respondido lo que la muchacha buscó afanosamente
Luego de haber recorrido muchas ciudades
Y haber visto bastante de lo mismo y veas otra vez
En sus ojos brillar la esperanza,
Siéntete orgulloso, guarda silencio y, no lo comentes.
Cuando veas a alguien ayudar al que lo necesitó
Y ello te conmueva y te haga entender que aún hay corazón en
el mundo,
Siéntete orgulloso, guarda el nombre de esa persona y, no lo
comentes,
La fama de los buenos debe ser protegida para que sigan en
su labor.
Y si por fin, lograste tu objetivo en esta brevedad que es
la vida
Y al caminar por tu ciudad, te reconozcan
Y más que brindarte elogios, te dejen ser como uno más,
Siéntete orgulloso, te han dado la libertad, algo muy
codiciado por los célebres.
Porque llegado el momento, cuando escuches el llamado que es
a todos
Y seas solo tú el que responda
Y en actitud vehemente, alcances la gloria,
Siéntete orgulloso, guarda silencio y, no lo comentes,
Las historias legendarias son escasas, por tanto,
misteriosas mientras menos se hable de ellas,
Sé misterioso entonces.
Y si Dios se te revelase, como solo lo hace con los
Profetas,
Medita en tu propósito de vida
Y antes de alegrarte, discierne en la misión para la cual
has sido elegido,
Dios no obra al azar, escoge a sus mejores hombres, cuando
Él los necesita,
Entonces, después de haber cumplido tu misión,
Siéntete orgulloso, guarda silencio y, no lo comentes.
Porque del orgullo acabo de escribir, del porqué es
necesario guardar silencio
Y del porque es necesario no comentarlo.
¿Sabes mi estimado lector que eso hacemos muchos dentro del
mundo?
Julio Mauricio Pacheco Polanco
Poeta
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Julio Mauricio Pacheco Polanco
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