TARDE CEREMONIAL PARA LOS HONRADOS



No pidas por tanto riquezas,
Que tu corazón anhele la sabiduría,
A veces la riqueza solo trae soledades y tragedias,
La sabiduría más bien se complace en sí misma
Y llena de felicidad al hombre.
Que tu afán no sea la fama,
Hazte de credibilidad,
Que en este mundo carente de héroes,
La fama coquetea con todo hombre o mujer
Mas en pocos descansa la veracidad de la palabra
Cuando el mundo desesperado necesite en quien creer.
Busca el conocimiento para las horas del coraje,
Que tu verbo sea severo y justo,
Ten en cuenta siempre que el mundo no premia a los virtuosos
Ni a los que perseveran en practicar el Bien,
Somos muy incómodos para la historia los que no tranzamos,
Mas bien amados y considerados por los que son a carta cabal,
Porque podrán odiarte los fracasados
Y los pocos de bien citarte sin que estés presente,
Recuerda siempre que los viles tienen a sus representantes
Y los correctos a los suyos,
Tú solo sigue en probidad tu camino,
Sin mentir a los demás ni mentirte a ti mismo,
Que los canallas pueden pagar por la llave de la ciudad
Pero la ciudad será siempre tuya así vayas en una sola muda.
Así es el destino para los que se excusan
Y el destino para los que hablaron del salmón siendo un auténtico salmón.
Por ello, no le niegues la dicha a quienes la merecen conocer,
Porque has sido dichoso y conoces el camino,
¡No seas miserable como el desgraciado que quiere que todos sean como él!
Porque a pesar de todo,
Cuando parece morir el Sol
Y tus pasos por la ciudad parezcan avanzar desapercibidos
Siempre habrá un niño que querrá ser como tú,
Ya que más allá de las habladurías y envidias
A pesar de ser cedidos los laureles a impostores y zopencos
Te sabrás un verdadero hombre en tu interior,
¡Y eso es suficiente mi estimado amigo lector!

Julio Mauricio Pacheco Polanco
Poeta

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Julio Mauricio Pacheco Polanco

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