LA MUCHACHA DE LOS OJOS DE DIAMANTE




No te enamores de mí,
Tus pupilas brillarían como dos luceros
A pesar de haber perdido la paz,
No te enamores de mí
Dicen que los que aman
Cuando sienten desde lo más profundo
Al amor
Terminan por cantar canciones sublimes
Y si te toco
No solo enloquecerás,
Tu canción será gritada desde tus ovarios
Para extrañeza de las estatuas que abrirán sus ojos para verte.
No te enamores de mí
Porque entonces ningún horizonte será suficiente
No habrá plegaría frente al mar
Que te libre del olor de mi piel
De cuando estrellaste tus ojos ante los míos
Y la sabiduría llegó a ti de golpe
En el momento en que me convertí en la respuesta que buscabas.
No, no te enamores de mí,
Yo nunca te sería fiel
Y me verías en cada hombre por donde fueras
Y conocerías la locura de los celos
Cuando una mano esté sobre otra
Y creas que es mi mano
Así sea a miles de kilómetros
Porque no dejarás de sentirme
Así esté en la antípoda de este mundo.
¡No entres en este universo que lleva mi nombre!
¡Ninguna ha retornado sin antes haberme maldito hasta la desesperación!
No te enamores de mí, muchacha que ignoras qué es el amor
No eres quien deba detener mi camino,
Tu vientre no es el destinado para el Delfín,
Quédate con el plateado de los ojos de tanto llorar
Pocas personas han tenido ojos de diamante en este mundo
Y te entiendo, porque pocas personas han conocido al amor
Si acaso cuando te vean
Sepan que estás bajo un gran hechizo
Con el don que te he obsequiado
A pesar de no haberte hecho mía.

Julio Mauricio Pacheco Polanco
Poeta

Todos los Derechos Reservados para

Julio Mauricio Pacheco Polanco

Comentarios

Entradas populares de este blog

MANUAL PARA NO DESPERDICIAR LAS NOCHES

EL POEMA QUE HONRÓ AL MUNDO

EL CORAZÓN QUE VOLVIÓ A SU DUEÑO