POEMA A LAS VENUS NINFÓMANAS



No te quejes si a esta hora no hay hombre para amarte
Un hombre que pueda hacerte el amor en más de 100 poses
Y que te eleve a los cielos con más de 100 orgasmos en una sesión
De sexo continuo, donde te hagan sentir una mujer deseada, muy bella.
No, no te quejes si ahora hay soledad en tu lecho
O los hombrecitos que has conocido duraron menos de 15 minutos
Sin que sepas qué es el amor.
Dicen que Dios da habas a quien no tiene dientes,
Yo soy el que derrota a las Venus Ninfómanas,
El que les hace decir basta luego de unas horas,
Cuando tienen que usar geles para que sus partes no les duelan,
Y sin embargo estoy aquí, sin dinero,
Escribiendo este poema en vez de estar amando,
Quizá como tú lo ansías con locura a esta hora.
No te quejes si dices que no hay hombres con corazón,
A mí me costó dos semanas de estar en estado vegetal
En un psiquiátrico alguna vez cuando quise salvar al mundo,
Cuando creía en el Papa o cuando vi en el cielo, La Estrella de David
Y se me manifestó la certeza de la existencia de Dios,
Porque si vas a decir que no hay hombres con corazón,
Déjame decirte que la excepción soy yo,
Un Poeta que quiso hacer algo en un mundo
Donde nadie hace nada por nadie desprendidamente,
Así que si en la noche de los llantos y maldiciones inacabables
Nos maldices, recuérdame en el psiquiátrico como un demente,
Con los ojos abiertos, pero sin pensamientos, sin consciencia.
Muchacha que te llenas la boca al momento de decir que
No hay hombres sensibles en esta sociedad
Que no hay hombres buenos, déjame decirte que yo grité Libertad
Cuando alguien debió hacerlo y nadie lo hizo,
Para saber de la única visita de mi padre en los manicomios
Cuando pensaba en los centenares de amigos y amigas que tuve
Y que nunca más volví a ver.
Mujer insaciable que pides hombres que no beban ni se droguen,
Que sean amantes incansables y sepan valorarte como tal
Soy la incomodidad en medio de todos,
Por ser una excepción que vive y acusa con su sola presencia,
¿Pides un hombre que te reviente los sentidos?
¿Alguien que no se aferre a ti ni dependa de ti?
Yo soy el extremo que te calla ahora y te callará siempre,
Que bien reitero dicen:
Dios es curioso, da habas a quien no tiene dientes,
Que en mi caso es no tener dinero,
Ni pienso tenerlo de manera corrupta,
Si con ello te estoy diciendo cuál es el precio de este mundo
Para ser feliz.

Julio Mauricio Pacheco Polanco
Poeta

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Julio Mauricio Pacheco Polanco

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