CUANDO TE ECHAN EL OJO
El Reverendo Padre Gordillo,
erudito como pocos, de la orden franciscana, conocedor por las confesiones de
todos los secretos del Puerto Bravo de Mollendo, quien compartía conmigo las
mismas confidencias, leía mis poemas cuando yo era ateo a mis 17 años y él, los
leía alentándome a seguir escribiendo, si acaso había quedado claro desde el
colegio que yo era el Escritor de la promoción. Me dijo dos cosas puntuales: “no
entiendo nada de lo que escribes”. Yo pensaba que había escrito cosas
brillantes. En realidad no era así. Una tarde comentando siempre sobre
Filosofía, Teología, Literatura y el ser humano, siendo mi asesor espiritual,
me habló de León Tolstoi, el Conde que había escrito La Guerra y la Paz o, Ana
Karenina: “los escribió a los 70 años. Los escritos Mauricio, alcanzan la
madurez intelectual a esa edad y escriben sus Obras Maestras después de un
largo aprendizaje, tómalo en cuenta tú que quieres ser Escritor”. También me
enseñó que: “los hombres no cambiamos, maduramos con el tiempo”. Le decía que
no había conocido a mis abuelos paterno ni materno en vida y, que lo
consideraba como el abuelo que nunca tuve. Muchos años después, cuando él ya
estaba muerto, una tarde de extrema soledad, lo extrañé, extrañé a ese hombre
sabio que había muerto de un infarto al corazón mientras hacía el amor con una
mujer. Lo enterraron en el cementerio del Vaticano, es decir, se lo llevaron
desde El Puerto Bravo de Mollendo hasta Europa para que allí estuvieran sus
restos mortales.
En mi experiencia de veterano, sé
que cuando una mujer le echa el ojo a un hombre, es decir, lo reclamaba
públicamente para sí, ya sabe todo de él, no hay misterio que de él no
conozca, a pesar que se haga la desentendida o la que ignora todo de uno.
Vivo 9 años en este barrio y
todos me conocen. Conocen mis buenas maneras y buenas costumbres, como mi mal
humor cuando me indigno. Saben que fumo bastante tabaco desde el balcón de mi
casa y que me gusta hablar de autores que he leído con mi padre. Evito hablar
de las mujeres que han sido mías, muy al hecho de ser conocedor de todos sus
secretos por haber tenido hasta el momento más de 100 muchachas veinteañeras
como amantes quienes, me han confesado toda la intimidad de la mujer, si acaso
alguna vez conviví y, no supe elegir en el amor, quizá por mi inexperiencia, a
quien de pronto le entregué mi inocencia. No soporto las mujeres conflictivas,
las que complican la vida, las mitómanas, las que beben o se drogan o en todo
caso no guardan las buenas maneras y costumbres dentro de sociedad. A lo largo
de estos años, rechacé propuestas de matrimonios de polacas, españolas,
francesas, rusas, mexicanas, chilenas y peruanas porque para contraer una
relación de pareja, hay que tener dinero. Yo no soy del tipo de hombres que
estará dispuesto a que le digan: “ni agua pal`té” o, que sea dominado por una
muchacha que quiera imponer su voluntad sobre mí. Me gusta la transparencia y
la nobleza del corazón, si acaso pongo siempre a prueba estos valores en quien
quiera entrar en mi mundo. No me gusta la gente chismosa ni mucho menos
grosera. Me he acostumbrado tanto a mi libertad que la soledad es una fiel
compañera que me va bien conmigo. Me gusta el silencio, el sexo en demasía. No me
gustan los conflictos. Tampoco estoy dispuesto a trabajar para mantener a una
mujer, ¿la razón?: mis padres son adultos mayores que merecen mi atención y,
ellos para mí, están por sobre cualquier persona. Perdí a tiempo la debilidad
de los celos luego de haber estado con veinteañeras muy bellas de quienes he
disfrutado a mi voluntad sin enamorarme nunca. No he salido con muchachas
decentes porque no quiero romperle el corazón a quien no lo merece, para ser
preciso, durante estos últimos años, he hecho el amor con las marocas más
bellas de la ciudad, es decir, las que ejercen el meretricio, ¿por qué razón?,
porque al pagarles por sus servicios, el trato es tácito: no les otorgo
derechos sobre mi persona, a pesar que muchas veces no han querido cobrarme por
sus servicios.
Siempre he dicho que para tener
una relación de pareja, el varón debe trabajar y tener dinero para sacar
adelante dicha relación. Pero yo no tengo ningún bien material, solo mi ética y
mi resistencia ante un sistema corrupto al cual le digo segundo a segundo: “no
quiero la vida fácil, no quiero un espíritu miserable rodeado de mucho dinero
donde deje de ser yo, es decir, el hombre honesto incorruptible que quiere un mundo mejor y lo plasma desde sus escritos". Me gusta
dialogar sin imponer mis ideas y, eso espero de las personas que han de entrar
en mi mundo y, por sobre todo, me gusta defender mi Libertad de Expresión. No me
gusta que me callen. Me conozco. Cualquier injusticia ante mi persona me insta
a tomar medidas demasiado temerarias.
Otorgo el derecho a la
credibilidad siempre pero, ante la primera mentira, ya no confío y descarto a
esa persona que pretenda entrar en mi mundo. Por el contrario, mis amistades,
son de años. Me gusta conservar amistades que aman la sabiduría y contribuyen a
mi crecimiento personal. No me interesa la política, pero si es necesario, me
manifiesto cuando hay un desatino que me obliga por deber a expresar mi voz
desde los medios de comunicación. Soy más bien solitario. Es raro el amigo con
el cual converse, normalmente mis amigos son machos alfas, es decir, lobos
solitarios que no dependemos de nadie y perseveramos en nuestros ideales. Soy un
librepensador, es decir, tengo un pensamiento propio y amo mucho a mi país.
No perdono en las relaciones de
pareja. Si me provocan celos, considero que me han dado una razón legítima para
dar por acaba la relación, es decir, su tuviera pareja y esta saliera con otro
hombre, no me afectaría en lo más mínimo, ya no haría escenas ni escándalos por
algo que ya no siento: celos. Más bien, daría por terminada la relación de
manera tajante. De seguir siendo perturbado, tomaría medidas legales por acoso
con ayuda de mis amigos abogados.
Sé todos los métodos para evitar
embarazos, sé reconocer cuándo una muchacha es virgen sea anal o vaginal o
cuándo cierra el hueso pélvico para no permitir ser penetrada y, sé en pleno
acto sexual, con preservativo, cuándo
una mujer tiene orgasmos continuos. A pesar de tener mucha potencia sexual y
ser muy sensible en mi miembro viril, es bien raro que eyacule en dos o tres
horas de sexo continuo. Hablo demasiado y no precisamente temas irrelevantes. Me
gusta filosofar mientras hago el amor, me gusta cantar canciones de amor
mientras tengo sexo y, me gusta someter.
Mi presupuesto me alcanza solo
para mis tabacos, mis alimentos, mis gaseosas y mis escapadas para hacer el
amor con las muchachas A1 que me
complacen de manera sumisa y sin condiciones. No me fío de la regla ni de los
métodos para cortarla o retrasarla como las limonadas o el vinagre usado para
matar los espermas que deje dentro del útero de la mujer. Antes de iniciar una
relación de pareja estable, lo medito mucho, porque sé que ello implica asumir
un compromiso que puede desestabilizar la paz y tranquilidad que tanto me ha
costado ganar. En otros términos, no me emparejo con cualquiera y, no pienso
dejar de escribir, como tampoco dejar de calar tabacos, total, sé que siempre
habrán más muchachas por conocer, porque sé que los hombres como yo, a mis 45
años, veteranos en el amor, con nuestras arrugas y el rostro fiero, resultamos
atractivos a las muchachas veinteañeras a quienes les enseñamos la felicidad al
momento de hacer el amor sin que haya maldad en ello. No pretendo dañar a nadie
ni tampoco quiero que intenten cambiarme. No soy de los que obedecen, de ello
estoy muy curado. Si me tratan con respeto, trato de igual manera, si me tratan
con sinceridad, de igual manera lo seré. Creo en el secreto conyugal, es decir,
en el saber callar lo que se me confía dentro de la relación de pareja, mas no
comento nada de mí, mi silencio siempre será un misterio.
No pregunto a las demás personas
quién es y qué ha hecho con su vida. La linealidad en el discurso describe la
veracidad en las palabras, en los diálogos.
No fuerzo nada en el amor. Si hay
atracción, todo fluye de manera espontánea y sin esfuerzo alguno, si no se dá,
y perdura el interés, no descarto una amistad en la medida que no intente
corromper mis principios.
No me gusta que me jodan. Si percibo
ello desde el principio, descarto una probable relación. Si ya dentro de la
relación, noto que me joden o friegan la paciencia, llamo a mis abogados y veo
qué medida tomar para llegar a un acuerdo y llevar la fiesta en paz, pero ya no
como pareja.
No me gustan las personas que se quieren
pasar de listas conmigo. No soy tonto. Otra cosa es que cuando guarde silencio
esté expresando mi decepción y aversión a quien cree que puede manipularme.
No le temo a la soledad, la vencí
y se convirtió en mi compañera.
Si percibo que en la relación, mi
salud desmejora o siento amargura, pierdo peso o soy infeliz, corto la relación
de buena manera sin demasiado drama. Ya vencí al amor una vez y desde entonces
elijo las muchachas que desee, siempre desde las casas de citas.
Puedoparecer muy rudo y
machista, pero la verdad es que el amor para mí además de ser 100% sexo, (cosa
que lo puedo obtener en caso de acabarse la relación, con las muchachas que
conozco), es una alianza.
La mujer que desee ser amada,
debe valorar lo que le entregue, así sea solo ético, porque dinero no tengo. Si
no corresponde y sus intenciones son dominarme con el tiempo, la dejaré y
alegaré maltratos sin vergüenza alguna.
Una visita al ginecólogo para que
le inyecte a la mujer hormonas anticonceptivas será lo primero que haga. La decisión
de tener un hijo es de dos, no de uno o una. Pero antes de tener hijos, la
situación económica debe ser muy estable y, reitero, yo no puedo trabajar
porque mis padres dependen de mí y no puedo dejarlos solos.
Si me es infiel, no me molestaré,
daré como razón válida ante La Ley para acabar con la relación y, seguiré mi
vida como siempre la he llevado y, para mí nada habrá cambiado. Soy un buen
tertuliador y también buen oyente y, como Escritor, presto atención a lo que se
me dice. Las personas veraces no entran en contradicciones. Los discursos
claros y sin esfuerzos son los más veraces. No reviso celulares ni Facebook u
otra red social, lo mismo espero.
El respeto es algo recíproco y lo
valoro. No me siento obligado a decirle a quien fuera mi pareja: “deja ese
celular, ¿quién te doy like?, o por qué te habla mucho esa persona o te llama. Mata
mi pasión si es que estando la muchacha conmigo, conteste la llamada de otra
persona y me sienta desplazado a un segundo plano, para mi será una acción que
borre mi pasión, será una forma de aburrirme.
Cuando estoy en silencio, estoy
filosofando, no pensado en otras muchachas. Cuando estoy de pareja, no provoco
celos ni genero desconfianza. La confianza es la base de toda relación. Si defraudan
mi confianza, lo tomaré con calma y me apartaré sin complicaciones. No hay
retorno a mí después de una infidelidad, eso ya lo he vivido y he renunciado a
quien fue mi pareja en su momento sin que recurra en el desamor al alcohol o
las drogas. Tengo soporte emocional. Soy más inteligente de lo que aparento, como
también comunicativo.
No lloro en el pecho de quien
fuera mi amada. Detesto que me digan que huelo a tabaco mientras hago el amor.
Mi libido es fuerte, a más sexo,
más deseos hay en mí por segregar más testosterona. No estoy solo. Sé a quienes
acudir si es que se descompense mi bioquímica, ya conozco ese camino y, puedo
ser muy tierno, adorable, cariñoso, amoroso y buen amante, pero si me niegan el
sexo, establezco por finalizada la relación.
Estoy en paz, feliz, y deseo
seguir estándolo. Amo a mis padres como hermanos. Si noto que se empieza a
manipularme para entrar en discordia con ellos, entenderé que estoy con la
mujer equivocada. He escrito 3 libros sobre el amor y el desamor, como cerca de
4,000 páginas desde mis blogs sobre mis experiencias con las muchachas que he
tenido y que quiero seguir teniendo.
En otros términos, si he de estar
con alguien, debe ser madura, debe respetar a mi familia, los principios
morales que defendemos y nuestras costumbres. Es allí donde se ven las buenas
maneras y costumbres, en el trato educado, con clase, sin ánimos de ofensas
gratuitas con indirectas o incitaciones a la discordia o intrigas.
No soy amiguero en las relaciones
de pareja y espero lo mismo según sea el proceso de la relación. No prometo
cosas que no voy a cumplir. No creo en los chismes. Solo me doy a conocer con
quienes tienen una sólida ética. Creo en el sexo antes de pasar a un
compromiso. El sexo es importante en una relación, al menos a mí, me da vigor y
salud.
Reiterando en el diálogo, en la
manera de vestir, el tono de voz, la mirada y demás características de la
mujer, considerando que conozco la realidad universitaria y, sé cómo es cada
egresado que proviene de las universidades de la ciudad, ya tengo un perfil de
la persona antes de conocerla.
Utilizo un lenguaje académico
para expresarme, es decir, simple, pero intelectual, claro, pero sabio. Guardo silencio
cuando se abordan temas que desconozco y, creo en lo que se me dice y, lo
verifico. Si se me ha mentido, ya no volveré a creer en la persona en mención. En
otros términos, no manejo un doble discurso y, eso espero de la que desee estar
conmigo.
Quien haya llegado hasta aquí en
el escrito, debe saber que soy un gran motivador, si la persona se me ha dado a
conocer en sus fortalezas y flaquezas, tengo las palabras que se necesita para
galvanizar la moral en momentos difíciles. En confianza, río demasiado pero a
la vez, controlo la alegría para no herir a nadie, salvo sea justo. Tengo la
costumbre de dialogar consumiendo cola negra y tabacos. No pienso perder esa
costumbre. No tengo horarios fijos desde que salí del colegio. Provengo de un
hogar donde se me ha amado siempre como hasta ahora y así seguirá siempre.
Y por supuesto, no pienso dejar
de escribir por nada ni por nadie, porque es mi vocación y nací para ello. Cualquier
sugerencia pesimista o negativa provocará mi alejamiento.
Es cierto, me enamoro con
facilidad, pero a la media hora me olvido porque me vuelvo a enamorar de otra
muchacha, lo cual no quiera decir que me acueste con todas. Amo al amor y quien
me quiera, deberá perseverara en mi amor.
No dudaré en denunciar en la
Comisaría si es que soy agredido físicamente, pidiendo garantías para que no se
me acerque mencionada persona ni sus amistades 300 metros a la redonda.
Y por último, siempre hay otras
muchachas que querrán ser felices conmigo. Los longevos hacemos el amor hasta
morir y sé de las fantasías de las muchachas cuando ven a un hombre maduro cuya
fama en el sexo es notable, cuando advierten:” tengo 75 años y no quiero
casarme con ninguna, las que quieran se quedan o si no se van”. No, no es
ficción, el conocimiento acompañado de la experiencia otorga libertad y
sabiduría.
Lo que deba comer de su mano,
ella deberá comerlo primero, lo que deba beber de su mano, ella deberá beberlo
primero y, no estoy dispuesto a ser evaluado en habilidades violentas que estén
relacionadas con reyertas, camorras o enfrentamientos con ex parejas del
pasado. Exijo lealtad si es que se quiere estar conmigo y, puntualizo, una
mujer que ama, no prueba a su hombre para enfrentarlo con otros hombres donde
se exponga la vida.
Posdata: Depo Provera cada 3
meses bajo la guía del ginecólogo y, adaptarse a mi estilo de vida.
Julio Mauricio Pacheco Polanco
Escritor
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