TODO LO QUE NO SABÍAS DE LAS MUJERES MÁS BELLAS
No, si tú eres demasiado bella, a ti no te impresiona todo
lo que te diga, ya has escuchado todos los halagos y merecimiento habidos y por
haber, el verbo de un poeta en este caso está demás, lo cual no quiera decir que
no te haga sentir orgasmos y te posea como se me dé la gana, es que tu piel es
demasiado blanca, no tienes un solo tatuaje ni un corte, nunca te han operado y
no sufres ninguna enfermedad, ¿sabías que las reinas eran como tú?, qué quieres
decir con eso, Mauricio, que todos los guerreros morían por la corona porque
las reinas se tiraban a todos sus soldados y ellos estaban enamorados y
dispuestos a dar la vida por su reina; ayer cuando te llamé, estabas con tus
amigos, ¿cuántos eran, cuatro, cinco?, eran cinco, ¡pendeja!, he hiciste el amor
con todos a la vez, pues sí, me encanta el sexo, disfruto mucho de él como tú,
¿sabes?, qué, agradezco mucho a mi madre por haberme parido varón, para esto
sobreviví, para disfrutar de todas, sí, lo sé, eres como yo, como todos y
todas, ¿no?, pero dime, ¿si hubieras nacido mujer qué habrías sido?, seguro que
como yo. Nos reímos mientras que le decía que sí, por eso, cuando entró a mi
apartamento, con sus botas negras, su blusa en encajes negra, y ceñido y fino pantalón rojo, le ordené que se echara sobre mí luego que me desnudara y sentado sobre la cama empezara a golpearle ese
trasero enorme, bello, blanco, tan blanco como el de las europeas que fueron
mías, me recordó a otras mujeres de esta ciudad que enloquecieron a algunos
amigos míos. Seguramente has enviado a muchos al psiquiátrico para que les
curen los celos. Me han propuesto matrimonio todo tipo de hombres, desde
políticos hasta militares, pasando por abogados y médicos, me han querido
preñar y hacerme hijos, pero yo no he querido. Los volviste alcohólicos de
bares de mala muerte o drogadictos, ella se río y con su voz suave me contestó,
no, a lo mucho lloraban, pero qué puedo hacer, solo tú me puedes entender, nos
parecemos tanto, nunca te enamoras y disfrutas de todas las muchachas que
llegan a tu vida sin retenernos. Sí, enloqueciste a muchos, ¿sabes que esta
ciudad de más de un millón y medio de habitantes es un infierno cuando un
hombre busca desesperadamente a su mujer en su auto, calle tras calle, por solo
querer saber con quién está haciendo el amor porque no contesta su celular y
nadie sabe dónde está?, tú eres de ese tipo de mujeres, a ti no hay que
hablarte bonito ni cantarte ni contarte chistes, solo hay que meterte bien
adentro la polla y hacerte sentir lo que eres: una mujer satisfecha. Le pegaba
en esas nalgas enormes, preciosas, con sus casi intactos pliegues anales a los
cuales abría y metía mis dedos, era una mujer muy limpia además, tuvo orgasmos
pero su olor permanecía, es decir, el de una muchacha que estaba bien duchada,
arreglada para mí. Debo decirte que tu larga cabellera negra no corresponde a
la belleza que me dices es, sino simboliza a la fertilidad, a más larga la
cabellera, más fértil es la mujer y tú tienes la cabellera hasta la cintura y,
el trasero, mientras mejor formado esté y más grande y proporcionado sea,
corresponde a la inteligencia de la mujer, una mujer que sabe que tiene buen
trasero, bella y blanca como tú, con esos senos tan nacarados y la manera
precisa para hacer el amor, ha tenido oportunidad para conocer a los mejores
hombres y aprender lo que las tímidas y solitarias aún no conocen, pero, dime,
cuando te diste cuenta que eres insaciable y te gustaba mucho el sexo, cómo lo
tomaste, pues como tú señor escritor, con naturalidad, me agradas, ahora
mientras me haces el sexo oral luego de haberme complacido en todo lo que he
pedido, inclusive en fingir una violación, estoy pensando mientras tus ojos
glaucos me miran en que el que se llevó tu inocencia debió ser el más bravo de
todos, espera, quiero que estés ahora sobre mí, hay algo que quiero corroborar,
qué Mauricio. Al hacerlo recordé el conocimiento de los que buscaron el elixir
de la eterna juventud, porque vi en el rostro de la muchacha, el rostro de una
niña de 5 años mientras se lo decía: a más sexo, más salud tenemos las
personas, mejor ánimo y sentido del humor, pues te creo, ¿sabes señor escritor
que he servido de modelo para retratos de Vírgenes en iglesias?, sí, te creo,
es más, te aseguro que alguien se aprendió de memoria tu rostro y lo pintó,
pues sí, también tuve un amante que pintaba y retrató mi rostro, pero, es
entonces cierto eso que dicen que nunca eyaculas, mira que nadie me hace sudar
y tú lo has logrado, hemos hecho el amor como se te ha dado la gana y estamos
más de una hora y no te vienes, ¿quieres que dejemos de hacer el amor?, no, no
he dicho eso, solo que tu fama es cierta, ah, es que solo eyaculo sin
preservativo y cuando lo hago con violencia, ¿más violencia?, si me has tratado
como un bruto salvaje a tu antojo, ya, lo haremos pelado con tus senos, espera
a que me acomode para estar sobre ti mientras atrapas mi miembro viril con eso
senos de ensueño pero mírame a los ojos, hay algo que debes saber, pocas
mujeres han sido como tú, libre de prejuicios, saludables, entregadas a sus
placeres, incapaces de enamorarse, discretas, elegantes y con clase, porque
nosotros nos conocemos de hace tiempo y sabíamos que llegaría este momento, ¿sabías
que María Antonieta provocó la Revolución Francesa?, ¿y eso, Mauricio?, espera,
no he terminado, ¿sabías que Cleopatra gozaba de los mejores hombres de su
Imperio?, ¿yo soy así?, no, es vano comparar a una mujer con otra, solo eres
diferente a las demás, nadie nunca podrá controlarte. ¿Cuántas mujeres ya has
tenido Mauricio?, pues algo de 100, y tú, ella se rio discretamente mientras
disimuló al decir, igual que tú, algo de 100 hombres, ¿y no tienes hijos
Mauricio?, no, no vienen a mi casa a molestarme nunca, para eso uso mis propios
preservativos, un condón pinchado me podría ocasionar problemas. ¿Y qué haces
todo el día?, pues leer y escribir, ¿y no sales nunca?, sí salgo, pero solo
para hacer el amor, entonces ella empezó con sus dedos a agarrar mi miembro erecto
y a succionarlo con más ansias, métetelo todo le ordené mientras sujetaba con
fuerza su cabeza, ¡no puedo Mauricio, no puedo tragármela toda!, pero dime, por
qué me has elegido, ah, por tu tono de voz, por tu elegancia, tu presencia y educación,
cuando te conocí pensé que eras una de esas muchachas de clase alta de la
ciudad que sus padres no pudieron controlar y que se escapó de su casa para
poder ser libre. En ese momento ella empezó a excitarse más y me preguntó otra
vez si era cierto eso que me gustaba el sexo violento, a la fuerza y sin preservativo, sí, y me
cuesta mucho acostumbrarme a los preservativos, y ya voy años usándolos,
entonces me miró a los ojos y comprendí que quería ser penetrada sin preservativo,
porque estaba pelado y ella indefensa ante mí, hasta que de un giro juntó las
piernas y entonces reaccioné y le dije: hiciste bien, veo que sabes defenderte
bien, de lo contrario te habría preñado, solo quise enseñarte que sé defenderme
Mauricio. Nos vestimos y sentados en la cama, hablamos de las mujeres que son
mías, nos parecemos tanto finalmente acotó, me interesa saber sobre qué
escribes, claro, me acabas de dar una brillante idea, ustedes que son las
muchachas más bellas de la ciudad y tienen a los magnates a sus pies, serán
quienes vendan mis libros, pueden quedarse con las ganancias, a cambio me darán
todo el sexo que yo pida. Me parece una estupenda idea. Es un trato entonces. Es
un trato, señor escritor insaciable.
Julio Mauricio Pacheco Polanco
Escritor
Todos los Derechos Reservados
para
Julio Mauricio Pacheco Polanco
Comentarios