TRANQUILO COMO OPERADO
Y bueno, algunos aún siguen
escribiendo, otros más bien se dedicaron a hacer dinero y envejecer, sin tener
mucho tiempo para hacer el amor, más preocupados en las deudas con el banco,
con sus empresas, porque no a todos les fue bien, sin embargo, los más
afortunados, aún siguen solteros, estériles y sin que aún se les pare, otros se
perdieron más bien entre noches densas de lujuria hasta perder la razón con su
pareja, que para otros tantos más, los días son
un infierno entre mensualidades obligadas a pasar muy lejos de la mujer
que les dio un hijo y que se acuesta con muchos hombres mientras estos pobres
hombres se preguntan si el placer sirve solo para estropearles la vida, esa
libertad que estaba llena de tanta ignorancia, porque vi a un tipo que quería
cambiar al mundo vestido de payaso, animando fiestas, gastando chistes que ya
no hacían reír a nadie, para una noche de concierto, estar enamorando a otras
muchachas, luego de rendirse en su afán de ser un buen tipo mientras bebía
hasta embriagarse, sin pensar en los hijos que tiene para mantener. Está bien,
me dirás que la muchacha que no creía en Dios y que pertenecía a esa generación
donde se creía en la revolución, terminó con su ONG católica, muy decente, muy
lejana de sus años de loca, cuando hacía el amor con todos los muchachos que
pudo, que dirás que tuvo suerte y en ello te doy razón, porque otras se fueron
al extranjero y terminaron embarazadas para algún tipo que las abandonó
mientras recuerdan a todos los muchachos a los que rechazaron cuando aún podían darse esas licencias, porque no todas se quedaron con el chico de sus sueños,
unas tuvieron que conformarse con el primer tonto que no cumplió con sus expectativas,
esas expectativas de las que estaban seguras, tan seguras como la vida en color
rosa, como lo es la juventud, porque otros se separaron por no aguantar a sus
mujeres y se fueron bien lejos, donde nadie pudiera encontrarles, para cometer
los mismos errores que jurarón no volver a cometer, porque el gordito que quería
ser mujeriego, ahora está podrido en dinero y, no me preguntes cómo lo hizo,
pero ya va por el 15avo hijo en una de sus muchas mujeres, mientras se dedica a
trabajar y es feliz. Y como dije, algunos perseveran en seguir escribiendo,
pero yo no entiendo sobre qué escriben o para quién escriben ya que las
generaciones son bien cambiantes, mira que la que era la más guapa, un día de
pronto se enamoró de la muchacha que le quitó su novio y dicen que estos son
tiempos modernos, que los psicólogos aceptan que no tienen la razón o, que los
psiquiatras buscan a otros psiquiatras para que les traten, mientras que los
que se fueron a las minas para hacer carrera tienen que soportar el roce diario
de hombres y no tan bien hombres que, a pesar de tener ya un tercer compromiso
les da por gustar de sus compañeros de trabajo, pero no me puedes decir que eso
es novedad, no estoy escribiendo nada nuevo, como la muchacha que tenía el
rostro de ángel y nunca ibas a pensar que abortaría, porque eso es de todos los
días, quién sabe cómo es la economía algunas veces, ya que quieras o no, este
mundo te da permiso para vivir cuando tienes dinero, y sí, el dinero te da todo
lo que puedas elegir, desde una señorita decente hasta el mejor abogado para
sacarte de los problemas en que te metes cada vez que te emborrachas, porque
mientras escribo estas líneas, alguien jala unas cuantas líneas de cocaína para
argumentar que los fármacos son solo para perdedores y, mira que algunos
quisieron hacer música, y ya son abuelos y siguen con el cabello largo, lleno
de canas y, sus mismos polos metaleros, con un rostro ahora arrugado pero
sonriente, porque pensabas que el heavy metal era para personas peleadas con el
mundo, cosa que ahora sé, no es así, porque los que se tomaron en serio eso de
ser profesionales exitosos, nunca pensaron la cantidad de personas con las
cuales tendrían que lidiar para tener todo lo que tienen, y si me vas a hablar
de la universidad, vamos a hablar de lo mismo: nada ha cambiado, tal vez solo
empeorado, pero eso se dice siempre en cada nueva generación, como las
treintonas que se quedaron para defender el feminismo ya que ningún hombre que
sea un buen partido se fija en ellas y,
llegarán a los 40 años y no habrá más tiempo para odiar a los hombres, solo
tiempo para tener sexo duro, rudo, salvaje, con un muchachito inexperto que
tenga buena simiente, esa inocencia necesaria para enseñar lo que es el amor,
entre horas inacabables de sexo y demás fantasías abominables para las que
alguna vez gritaron en las plazas: “mi cuerpo me pertenece”. Solo me queda
calar un tabaco y probar un poco de mi té helado a la vez que escribo lo que he
visto y vivido, si es que soy el último que queda en estado plácido, relatando
lo que otros solo tienen que callar, antes que acabe la noche, desde esos bares
donde las conversaciones son muy aburridas para los onanistas, o las
discotecas: lugares donde muchachitas groseramente maquilladas se empeñan en
atraer la atención del hijo de un ricachón que terminará teniendo sexo con
ellas en una de esas noches donde no
recuerde nada, porque 9 meses después sabrá que es papá, porque aparecerán en
las puertas de su casa justo con el bebé en los brazos, entre amenazas de ser
desheredado o internado en un psiquiátrico, porque de alguna manera debe
escarmentar para que no vuelva a meter la pata si es que todo esto tiene
relación con el título del escrito: “tranquilo como operado”, porque le han
hecho la vasectomía para que la fortuna de su familia no vaya a dar a más advenedizas cazafortunas que ahora forman parte de la familia.
Julio Mauricio Pacheco Polanco
Escritor
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Julio Mauricio Pacheco Polanco
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