EL SOL CONTINUA
Perdida la esperanza de la noche que hubo
Reinó la oscuridad donde domina el miedo
Y aterrados los sobrevivientes
Supieron de la eternidad de los segundos y su relación con
la tragedia.
Pensamientos interminables entre ellos se interrogaban
Qué es la muerte, la guerra, el ser mismo,
Por dónde nace el manantial que emana dulces melodías para
los presentes,
Así se escuchaban las voces
Y entre vencedores y vencidos, ninguna Ley compensaba todo.
¡Ah, de la Luna soberana y las sombras que ocultan lo
secreto!
Hemos vivido para salvar nuestro honor, pero en esta noche,
en esta noche
Los significados de las espadas y los escudos y banderas son
mieles amargas
En el ojo del muerto otras visiones de horror explicaban
nuestra ignorancia sobre la vida
Estos filósofos no nos enseñaron nada, estos poetas apenas
son vagos recuerdos
La sangre es nuestra condena, ¿para qué vivir si somos capaces
de lo más repudiable?
¡No, no, no, no había rostros felices detrás de la victoria!
Apenas contemplaciones donde no queremos reconocernos
Que nadie gana en una batalla cuando llega la noche
Y sin saber quién es Dios, empezamos a temblar por temor a
su Ira.
En la desolación, ningún tratado se cumplió siempre
Y así seremos mientras permanezcamos y el testigo sea el
tiempo
¿Quiénes le gritaron a la Luna para no recibir respuesta
alguna?
¿Quiénes temieron los dominios oscuros de la noche cuando se
conoció la gloria?
Y así, apoyados en las espadas de los que en nadie confían
Se preguntaron sobre el último día
Si esos segundos distintos a los del amor serían la
eternidad de los malditos
Porque nadie duerme cuando en sus manos los crímenes son
vistos con sinceridad
¡Oh, esta Luna que es de tantas Eras como Cristos!
¿Perdonará el que no conocemos nuestra condición humana?
En la desolación, ningún tratado se cumplió siempre…
Porque después de la gran pelea ya no hay explicaciones al
porqué lo hicimos
Dirán que fue necesario y ha de ser reiterativo
Que el silencio otros sonidos eran las palabras para
decirnos qué somos
Y es larga la noche de la victoria cuando la gloria nunca se
celebró
Si así pensaron estos guerreros, entre vencedores y vencidos
Cuando al derrotar a lo oscuro el Sol volvía
Y los hombres convertidos en sabios escribieron nuevas Leyes
Hasta la siguiente Luna, a pesar de saber algo definitivo:
En la desolación, ningún tratado se cumplió siempre
Y así es el silencio de los circunspectos quienes
escribieron
“El Sol continua”, mientras temían por la Luna soberana
Y los hombres de sombras que ocultan este secreto.
Julio Mauricio Pacheco Polanco
Poeta
Todos los Derechos Reservados para
Julio Mauricio Pacheco Polanco
Comentarios