NO FUE DIFÍCIL DESPUÉS DE TODO







Yo no sé tú, si había una muchacha que me gustara
Me preguntaba cuánto viviría, si valdría la pena ser joven y cobarde
-y así se los decía, donde fuera y, por supuesto, era muy bien recompensado-
La decisión no era fácil, o los sabios que escribieron estupendos libros
O los amigos de la universidad que me aburrían
-la muchacha de cabello largo y negro me pedía que le declamara mis poemas-
Había tiempo hasta para decir no tengo y me sobra
Un atardecer inolvidable donde pensé todo esto
Una banca donde oré por un amor inocente a mis 18 años
La misma banca con una muchacha de ojos verdes y un amor inocente a mis 22 años
-furia necesaria para protestar en una ciudad donde el ritual era protestar-
Años después para terminar ebrio con una rubia de ojos celestes que me pedía matrimonio
Y algunos libros donde mi búsqueda fue el mundo donde no merecemos estar, eso lo sé
¿Yo porfíe en lo que nadie creía ya?
Quizás eso sea el misterio de los que son llamados soñadores
¡Oh, penitencias de los escritores que lucharon férreamente hasta decir: ya no creo!
Desde el ventanal de mi habitación el perfil arquitectónico de Arequipa y su cielo estrellado
Un balcón y la gente que transitaba para luego volver sobre los libros de física
Leer una y otra vez mis poemas hasta sin darme cuenta los memorizara
Para años después en mis presentaciones los gritara como merecen ser gritados los poemas
Esos poemas que mis amigos también memorizaron
-no sé si te pasó lo mismo a ti joven escritor-
O la ansiedad de encontrar un nuevo amor para sentirlo cualquier noche
Y retornar silbando una melodía compuesta en homenaje a la no hallada
Mira que cuando la muchacha que me gustó mucho aquella noche de fiesta me dijo no
Rompí un par de botellas contra la pared y oriné delante de todos
-sin duda era un Poeta que fue muy engreído en esta ciudad-
Porque era un hotel de 3 estrellas y nadie dijo nada
Y la muchacha que me gustó mucho solo me miró con odio y se marchó.
Adoquines sacados de las aceras para ser lanzadas contra los policías en las manifestaciones
Esto lo recordaría en los reportajes que me hicieran
Como en las noches donde desde las ventanas no se podía ver la Luna
Dentro de esos psiquiátricos donde supe qué era ser un rebelde con causa
Porque era negación tras negación
No quería rendirme a los 27 años
-¿la edad de los que se suicidan, no?-
Casi 20 años desde entonces con otra nueva verdad:
No me equivoqué, otra cosa sea que los demás hayan dejado de soñar
Mientras jalan líneas de cocaína y no saben qué es luchar con un poema en la mano
Un poema lleno de vivencias
Esas vivencias que todos quisimos tener.

Julio Mauricio Pacheco Polanco
Poeta

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Julio Mauricio Pacheco Polanco

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