¿QUIÉNES ERAN LOS FALSOS REBELDES EN LOS NOVENTAS?







Se dio el enfrentamiento en las puertas de la Universidad Nacional de San Agustín desde la avenida Independencia. Lo que nunca dirán los medios de comunicación es que los que se enfrentaban contra las fuerzas del orden, devoraban libros de Marx, Mao, y cuanta literatura que no corresponde a nuestra realidad, en insultos contra los policías a los cuales les gritaban: “Burro, por corcho eres tombo”, que en otros términos significa: por no haber estudiado eres policía.
Los observaba desde fuera de la universidad y en ese momento dudé en unirme a ellos, eran los finales de los noventas y sabía quiénes eran los que protestaban. Uno de ellos, vestido en casaca de cuero negra, con botas y cadenas, tatuajes y cabello largo, se sentó de manera excitada para ver lo que ocurría desde el parque César Vallejo. En ese momento supe por qué no debí apoyarlos en la protesta: el muchacho en mención estaba armando su bate de marihuana, lo prendió y, se dedicó a observar los enfrentamientos. Ahora es psicólogo y, normalmente asiste a los conciertos subterráneos de la ciudad, donde los anarquistas se dedican a hacer lo mismo. Los mismos desórdenes dentro de la conducta por parte de quienes solo quieren el caos para hacer lo que se les venga en gana entre conductas violentas, agitando a la agresión y al consumo de drogas.
¿Pero es que Alberto estaba errado cuando desde la Plaza de Armas de Arequipa, repetía: ¡Vamos a ser potencia mundial!? Es cierto, había buses que llevaron a muchas personas a tal mitin que era para la re-elección. Yo estaba del lado de los que nos enfrentábamos a las fuerzas del orden. En realidad creo que se trataba mucho más de querer sacar a Fujimori del poder, se trataba no de una enfermedad mental colectiva, se trataba del poder, de sacar a Fujimori para llegar al poder y hacer lo que todos los políticos han demostrado hacen con la Democracia en Perú: llenarse de dinero a costas de los impuestos que nos cobran en los recibos de agua, luz y al municipio. No era una defensa por la Democracia, era una pelea por entrar a gobernar para robarle al Estado peruano.
Pero debo ser puntual, ¿por qué el rechazo a los presentes en el mitin de la Plaza de Armas?, ¿porque eran personas muy humildes? Puede verlos de cerca, creo que el Perú nunca había existido para ellos y, como ahora entiendo, era gente que había salido de las comunidades de la sierra peruana huyendo del terrorismo, del adoctrinamiento bajo el pensamiento Gonzalo que se elabora en nombre de La Revolución desde las universidades. Aristóteles dice que los que deben gobernar son los Filósofos, hay que ser claro en esto, los filósofos en esa Grecia formaban parte de la Aristocracia, lo que vendría a ser en palabras de Julio Ramón Ribeyro, la clase alta que no existe en Perú, que a lo mucho existe Oligarquía y Grupos de Poder de Derecha que se alinean con el  Poder Ejecutivo siempre y cuando el que sea Presidente, se sujete a las condiciones expuestas por los que manejan el capital en este país.
Y es que dentro de mis decepciones constantes, fue el darme cuenta que en la Escuela de Filosofía de la UNSA, solo tenías opción a acabar la carrera y tener acceso a las becas al extranjero para hacer maestrías o posgrados, sean en Inglaterra, USA, Argentina, Francia o España, por mencionar algunos países con los que se tiene convenio para tales fines. Pero hay una condición: ser marxista, obedecer la imposición de una cátedra atea y, leer de memoria todos los manuales revolucionarios para luego ser debatidos en sus borracheras donde observé, el mundo que ellos proponen, no vale la pena.
Me pregunté entonces: ¿debo seguir a estos revolucionarios que denigran los postulados de una Ética necesaria para salvar al país?
Ningún Escritor se atreve a declarar que conoce la realidad universitaria, lo que declaro y escribo, porque allí es donde te obligan a leer a autores donde el reconocimiento llegue, si es que acaso te alinees al pensamiento revolucionario que proponen. Al menos eso es lo que conozco aquí, desde mi experiencia en 5 escuelas profesionales de las cuales puedo dar fe de mi decepción universitaria.
Los policías se enfrentaban contra las personas, es verdad. Lo que la prensa nunca dijo fue  a qué partido político pertenecían esas personas, qué consignas habían recibido para provocar el enfrentamiento y, lo más inverosímil, cuál era el monto de la repartija prometida por enfrentarse contra las fuerzas del orden, si es que su partido llegaba al poder, si es que esto de las repartijas se aprende desde la misma universidad, donde los representantes universitarios se aseguran con el comedor universitario, un puesto de trabajo, una cartón que diga que se es profesional y, por supuesto, el sometimiento a la cátedra que ordena y ordenaba como lo escribí al inicio de esta crónica que, los jóvenes universitarios de ideologías marxistas, leninistas y maoístas, les gritaran a los policías: “burro, por eso eres tombo”, cuando en realidad, ellos a lo mucho habían leído un par de libros más, porque ya sabían cómo era la realidad universitaria y, eran perros rabiosos que obedecían por su cartón y un puesto de trabajo, dentro de dicha universidad donde la voz es: “romper mano, así es aquí en Perú”.

Julio Mauricio Pacheco Polanco
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