CANCIÓN PARA LOS CONDENADOS EN LA HORA DEL TEDIO
Para la hora del tedio, dice el sabio que escribe esto
La muchacha que pretende amar, solo enojada te dirá qué
siente
Ni con caricias ni besos, ni con sexo o regalos, en los
enfados
Después de haber confiado todo, cuando el corazón se siente
ganado
No con palabras sino con actos, sus venganzas serán dadas
Donde más duela para los no enterados, donde más hiera, para
los enamorados.
Dulce es el acento con el que mece las penas
Cortas las noches donde la pasión reina
Anhelado sea eterno el tiempo para los amantes venturados
Pero tras la promesa rota, sea el desaire o todo el peso del
tiempo
Donde mueren encantos y los rostros dejan de ser perfectos
Para conocerla bien, escucha en la ira de sus ojos, las
palabras no esperadas
Los gestos de desprecio, las noches a traición donde pende
uno de la muerte,
¡Ah, perdido entre los celos, agonizante entre las sábanas!
Preguntas sin que nadie responda, otros pasos, otras voces
Dirán que fue suya en delicias que atormentan
Donde fueron rosas blancas y secretos que nadie más tuvo
Que es la calle inmensa en una ciudad donde ella no es
hallada
Ni los que dicen por allí estuvo, por allí la vi
Que con ese estuvo, con aquellos también, bien sea su
nombre, noticia de cada esquina
Que en amargura, apartado esté del saber de los tontos, sea
tonto el que esto sienta
Que entre una cola negra y mi tabaco, observo a las más
bellas y lo que proponen
Sea el día infinito lleno de placeres o la noche que no
acaba entre lágrimas y locura
Este conocimiento me dirán mis buenos lectores, nos es común
en la desgracia
Que la tragedia es conocerla cuando el corazón ha sido dado
Y se yerra el paso como todo un condenado
En el laberinto de los pensamientos y el alma en pena
¡Ya conozco esto!, dicen mis buenos lectores
Que el escribe esto, para la hora del tedio, nos deja un mal
recuerdo
Y las ansias que se renuevan ante las muchachas deseadas
Que desde un hotel a otro, nadie cree, nadie menciona, nadie
habla
Un te quiero, un te amo, con el corazón entregado que yo otra vez no amo.
Julio Mauricio Pacheco Polanco
Poeta
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Julio Mauricio Pacheco Polanco
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