DIME ADIÓS Y TE DIRÉ QUIÉN ERES







Espera, eso ya lo escribí hace años en una de mis novelas, ¿por qué insistes en preguntarme sobre algo que nadie busca? Que no, que no puede ser, ¡claro que el amor existe! Me reí un momento mientras me acomodaba sobre mi asiento a la par que probaba de mi KR, te diré qué existe: solo existen ganas de cachar, nada más; cuando te des cuenta que puedes hacer el amor con todos los que quieras, en ese momento comprenderás por qué el hacerle el amor a una u otra muchacha no significa nada para mí, ¿has oído hablar de la higiene sexual en nosotros los varones? La muchacha desconcertada  parecía haber perdido el control. ¿Y los sentimientos? Son una invención mi estimada, debes entender ello bien, yo nunca podría enamorarme de ti ni de la mujer más hermosa del mundo porque no creo en eso que tú llamas: sentimientos, creo solo en el deseo. ¿El deseo?, ¡no puedes ser tan primitivo!, cómo que solo crees en el deseo. Bueno, también creo en Dios y en mis ideales. Pero, ¿entonces qué soy yo para ti?, ¿un pedazo de carne con el cual puedes hacer lo que se te venga en gana? Te esmeras en alcanzar la respuesta que destruya tu mundo de hadas y príncipes, ¿quieres la respuesta que todos los sabios han buscado y que yo la he hallado? ¿De qué respuesta me hablas? La respuesta mi estimada principiante, la respuesta de sí es el amor lo que salvará a este mundo. Aquí ya no sabemos qué hacer para pasar el tiempo, no sabemos en qué mantener nuestra mente ocupada o cómo lidiar con nuestras calenturas. ¡No puedes ser tan animal! No lo soy yo, lo somos todos, incluyéndote a ti misma. El sexo solo sirve para procrearnos. Otra cosa es que los primeros hombres y mujeres se hubiesen dado cuenta que también sirve como evasión, pero cuando éste se hace monótono y reiterativo, cuando la lujuria es superada o gula, como quieras llamarlo, nos damos cuenta que hay un vacío inmenso donde nunca ustedes, las mujeres, aportaron, solución alguna para que este mundo fuera mejor, solo pleitos, guerras, conflictos, malentendidos, lo que es propio de los neófitos y que se llama la enfermedad de los celos, ¿pero pensabas que todo se resume a un rostro bonito o a un par de tetas bien puestas o un trasero excepcional? ¿Y si te digo que todo se resume en el espanto a la soledad, a no tener con quién compartir nuestras magníficas miserias? En primer lugar, no voy a trabajar para mantenerte, ¿tú sabes cuánto cuesta ganarse una moneda?, ¿sabes qué hace la gente por una despreciable moneda?, ¿puedes entender el costo de los que pierden la salud en el trabajo solo para tener una casa bonita, con auto, hijos y una mujer a la cual encima tenemos que aguantar?, porque no me vas a decir que ustedes hacen todo lo posible para que la convivencia sea un paraíso. Lo menos que queremos los hombres libres es atarnos a una mujer que encima de mitómana o neurasténica que solo sabe hablar y hablar con el fin de solo joder porque nos culpan a nosotros los hombres de todo lo que les ha pasado en su vida, digo, lo menos que queremos los hombres, es unirnos a una mujer que sabemos, solo dolores de cabeza nos va a ocasionar. Te sugiero que te busques a un hombre que aún cree en eso que tú llamas sentimientos, porque yo no tengo sentimientos y nada qué ofrecerte porque el placer que me vas a dar, me lo vas a quitar de igual manera cuando se te crucen las ideas y decidas arruinar mi vida y allí no sabré a quién penetrar y estaré completamente jodido. ¿Crees que el amor se basó solamente en la penetración? ¿Qué haré cuando no estés a mi lado, irme de putas? ¿Sabes lo que sentimos los hombres cuando hemos tenido mucho sexo y de golpe nos lo quitan?, ¡es un infierno literal!, porque no habrá mujer a la mano para hacer el amor a no ser que sean putas y es allí cuando nos daremos cuenta que solo quisimos eso: penetrar. ¿Querías saber qué es el amor?, pues te lo diré: es sacarle la mierda al mundo mientras se tiene sexo. La dominación, el sometimiento, el poder que sentimos al momento de subyugar a una mujer que representa al mundo, porque desde niños a nosotros los varones, también nos hicieron creer que el amor era algo dulce, distinto, diferente, o al menos así yo lo pensé, creyendo que nada tenía que ver el sexo en todo esto, pero cuando te haces adulto, entiendes que el amor es sexo, 100% sexo, pero no con una sola mujer, sino con todas las que podamos tener a nuestro alcance y, te aseguro que aparecerán muchas, sean pagadas o no, que al fin y al cabo, no hay paraíso sin dinero y, mi dinero me cuesta, son largas horas de sacrificio y esfuerzo donde me pregunto: ¿vale la pena un amor así que solo es compensado con sexo cuando el día es insoportable y nada parece tener sentido? ¡No puedes hablar así del amor!, no puedes resumirlo solo a sexo y sacrificios por una, no puedes decirme que lo que ahora siento por ti no es amor, que estoy errada, que lo que me une solo a ti es sexo. ¡No puedes quitarme la fe en lo que creo y crecí creyendo! Descuida, lo superarás, de aquí a unos días tu descompensación hormonal hallará su equilibrio y entenderás qué es ser libre. Yo no quiero estar descompensado años enteros  y errar de mujer en mujer como lo vengo haciendo hasta ahora. Que cuántas veces hemos hecho el amor, pocas, quizás las necesarias en los cortos meses que hemos pasado juntos, pero sucede que te has gastado, ya no me atraes, no te veo igual y estoy empezando a necesitar del sexo como en su momento lo necesité y, no quiero que otra vez me vuelva a ocurrir, aún estoy a tiempo de darle un stop a esto, controlar mis apetitos y darme una cura con meretrices por unos meses, hasta volver a estar tranquilo, en otros términos, me cansé de tu mitomanía, de los celos que me haces sentir a propósito, de tus intenciones de querer dominarme, de querer cambiar mi forma de ser, de hablarme todo el tiempo de todo lo que necesitas, sean zapatos, bolsas de cuero, ropa, vestidos, alimentos que me demandan salir contigo, gastos y más gastos donde corroboro que el hombre en el siglo XXI es solo una tarjeta de crédito que debe botar y botar más dinero. ¿Entonces me dejas ir?, ¿renuncias a mí como si nada? ¿Te dije te amo alguna vez?, ¿te prometí algo que ahora deba retractar?, si empezamos como hasta ahora, solo siendo amigos, pero me vienes con la idea de formalizar nuestra relación y no sé por qué crees que a mis 46 años yo quiero formalizar mi libertad cuando sabes bien cómo pienso, cuando has leído todos mis escritos, cuando te has tomado la molestia de saber que no creo en los sentimientos.
Ella hizo una pausa, caló su tabaco con ansiedad, probó de su taza con café y aguantándose las ganas de llorar dijo: está bien, acepto, acepto todo lo que dices, haré todo lo que me pides, seré más puta que cualquier puta jamás haya existido en la cama, me esforzaré en no fastidiarte ni hacerte enojar, no te pediré que gastes tanto en mí, seré tuya las 24 horas del día si es posible, me iré a vivir contigo a tu apartamento y en todo te complaceré.
No entiendes nada, ¿de qué vamos a vivir? Yo soy Escritor, no conozco otro oficio. Yo te mantendré si eso es lo que tanto te preocupa. No es tan simple estimada, no es como tú crees que debe ser. Parece que no me has entendido en nada de lo que te he hablado todo este momento. Estoy en paz, déjame en paz e intenta ser feliz con otro hombre. ¿Hay otra mujer en tu vida, eso es lo que sucede?, ¿me has estado engañando con otra, a eso viene todo este estúpido discurso? No viene a nada y  veo que te has encaprichado ya, porque te puedo decir que fue hermoso todo lo que compartimos, pero el tema se agotó y, a partir de este momento, todo será monotemático, estamos conversando como solo conversan las parejas que están en crisis y no tienen más nada qué decirse. La magia se acabó que, a la soledad ya estoy acostumbrado. ¡Me iré con el primero que se me cruce en el camino! Sí, sé que lo harás y te felicito, porque eso ya lo he escuchado antes y me es indiferente. No soy terapeuta de nadie, puedes hacerlo. ¿Entonces debo sentirme como una mujer usada solo para haber tenido sexo? No seas egoísta que tú disfrutaste mucho del sexo que tuvimos. ¿Entonces qué es lo que te ocurre, no entiendo?
Di otra calada al tabaco y finalmente dije: me ocurre que llegó esto a su final y tú pareces no darte cuenta, porfías en vano. Te daría un consejo pero es a destiempo porque en esta generación todas las de tu edad y los de tu edad, no quieren comprometerse. El amor llegó muerto para ustedes, todo se resume a que acabas de cumplir 20 años y eso te aterra demasiado. ¿Podremos seguir viéndonos?, al menos déjame seguir siendo tu amiga. Para qué, ¿para hablar de esto mismo todo el tiempo? Mira tu agenda en el celular, tienes muchos amigos allí que te escriben siempre y que se mueren por estar contigo. Hazle caso a uno de ellos y verás que en un par de semanas me olvidarás o, quizás en una noche de amor. ¿Me recriminas que tenga muchos amigos en el celular? No, no te recrimino nada, solo te digo que la vida no se acabó en este momento. ¿Entonces qué es, qué sucede contigo? Que no quiero hacerte daño, que soy plenamente consciente que te tengo en mi poder, que sé que harás por mí todo lo que yo te pida. ¿Y no es eso lo que busca todo hombre en una mujer? No, es algo que forma parte de su aprendizaje y yo no quiero formar parte del aprendizaje de una mujer de 20 años que después me dé como testimonio de un troglodita machista que solo pensaba en él. Tú no me amas, lo que tú quieres es un discurso para relatarlo cuando entres a formar parte de la lista de las feministas, no has salido del patrón de conducta que siguen muchas mujeres y, si esto de por sí no es un infierno, lo será después, cuando me eches en cara todos tus fracasos dentro del mundo, en esas noches cuando el sexo no lo sea todo y la soledad sea algo diferente a no tener con quién tomar un café o hacer el amor, porque así como nosotros los hombres, al momento de hacerles el amor a ustedes las mujeres, queremos sacarle la mierda al mundo, tú en un día no muy lejano, querrás sacarle la mierda al mundo con mi persona y, eso, es algo que quiero evitar porque aquí nadie deja a nadie ni nadie termina con nadie, aquí hemos llegado al final de nuestra vivencia sin que nos faltemos el respeto ni se tenga que apelar a amantes para hacer más jodida la existencia. Rompe el patrón de conducta que, es insoportable estar con alguien que solo sabe escribir y hacer el amor, cuando la vida nadie sabe dónde está ni qué es y cuando el escribir y hacer el amor ya no lo solucione todo. ¿Esto era entonces el amor?, apostilló como quien trama sus venganzas más atroces. No, esto no era el amor, esto fue solo un aprendizaje más. ¿Entonces qué harás?, ¿te revolcarás con la primera zorra que se te cruce en el camino? No, no haré eso, me sentaré a escribir para evadir mis pensamientos y deseos. ¿Y no me extrañarás nada? Tal vez, pero sé que al llamarte estarás con otro hombre y eso solo te conflictuará más. ¿Pero qué querías de mí antes de que llegáramos a este punto? Lo mismo que tú, darnos unos buenos revolcones en la cama. ¿Y así sin más ni más, me dejas sola? No te dejo, me aparto porque veo que has empezado a depender de mí y eso ha llenado todos los espacios de la soledad que debes aprender a disfrutar en tu compañía, porque reitero, no quiero hacerte daño y, todo lo has confundido, porque ahora me hablas de amor, justo cuando entre tú y yo ya no hay nada. ¿Y si te digo que me di cuenta que te amo? ¿Y si te respondo que te temes en soledad? ¿Qué harás entonces? Pues lo de siempre, escribir. ¿Escribir sobre mí? Los escritores escribimos sobre lo que vivimos. ¿Me buscaste para tener una historia qué contar? ¿Me buscaste tú para tener una historia qué relatar a tus amigas?, ambos nos habíamos deseado tanto, pero el deseo se ha acabado y lo peor que pueden hacer dos personas es darse cuenta de ello, hacer el amor con otras personas después y, volverse a buscar para conversar sobre las vivencias, eso ya lo viví antes y no me agrada, ¿se llama rutina y costumbre, no? ¿Estás seguro que no le temes a la soledad? Te temo a ti y lo que puedas hacer si seguimos juntos y ya no haya punto desde el cual podamos decirnos adiós en condiciones normales. No te librarás tan fácilmente de mí. Lo sé, me harás mala fama y apartarás a todas las muchachas de mí. Me las vas a pagar, te haré la vida un infierno, has jugado conmigo y eso no se le hace a una mujer. No tenemos más nada qué decirnos, ahora somos enemigos o, mejor dicho, eres mi enemiga, sin embargo, déjame decirte que pudo ser peor, mil veces peor.

Julio Mauricio Pacheco Polanco
Escritor

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Julio Mauricio Pacheco Polanco

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