ELLA ESPERA QUE EL BEBÉ CREZCA PARA QUE SEA SU HOMBRE







Ella quería la Luna a sus pies
Mientras masturbaba en plena calle a otros hombres en noches de alcohol.
Ella no era lo se dejaba pensar
Ella nunca fue lo que quiso hacer pensar a los demás.
Las calles son silencio y soledad insoportable donde nadie habla su idioma.
No se sinceró cuando su biografía era un extenso libro que ya nadie quería.
Acepto que las vírgenes sean exigentes
¿Pero eso no es solo para las que tienen el himen intacto?
Una muchacha siempre estaba en la puerta de la casona haciendo guardia
Un silbido y los besos y abrazos desaparecían
Total, los equivocados se acababan para ella
Esos equivocados que le hacían el amor un par de veces y luego nada querían saber de ella.
Muchos llegaron ingenuos para el amor
Otros llegaron con escopeta en la nuca al altar
Mientras que las horas donde no se tiene con quién dialogar son libros sin aporte.
Me pedías la Luna cuando a lo mucho merecías un sanguche de cabeza de cerdo
Y lo acostumbrado: hacer el amor como lo hacías con los equivocados.
Te asustaste cuando te perdí el respeto
Y te fuiste de este país porque ya no eras noticia
Vientre inútil para pedir bendiciones antes de dormir
Te has secado entre los que no te hacen caso
Y no piensas en volver a ninguna parte
Que aquí y allá te conocemos y sabemos quién eras
Porque ya no eres.
Desde la buhardilla los atardeceres son despreciables para ti
Y ya no tienes el encanto de cuando te sentabas en el alfeizar para los poetas.
Tanto no se puede ocultar,
Eso no era o no fue el amor.
Quizá haya algún tonto que deba nacer para que te ame
Total, estos tiempos lo permiten todo
Y el bebé que tanto acaricias está en tus planes
Desde todas tus conspiraciones.

Julio Mauricio Pacheco Polanco
Poeta

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Julio Mauricio Pacheco Polanco

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