LAS LLUVIAS NO PERDONAN A LOS OLVIDADOS
Aquí en Arequipa, por si no lo saben, hay casas que trepan
los cerros
No, no es metáfora, son casas que están construidas en la
pendiente de los cerros
De allí se baja con sumo cuidado cada día para traer el
agua, el pan, para ir a la ciudad
No te has preguntado si aún usan velas o si en bolsas de
plásticos botan sus necesidades
Aquí en Arequipa, en medio del consumismo y Malls llenos de
gente que gasta
Hay cerros donde las casas a esta hora que llueve
torrencialmente
Están siendo inundadas en lo poco que puedan tener:
Una radio cargada con una batería de carro, un televisor de
modelo antiguo,
Una cama, una mesa, unas sillas viejas también y cuanto
utensilio dicen es necesario.
No, desde la comodidad de tu casa con techo de dos aguas y tejas
Que tiene canaletas para el desfogue del agua de las lluvias
No, desde tu casa de material noble, donde hasta la zona es
privilegiada
Porque allí el sol brilla cálidamente o no se aniega el agua
en tu frentera
O mucho menos salen ratas de las alcantarillas
O el techo jamás pensarías, es de lata o calamina que se
oxida
Por donde gotea la pobreza, por donde se respira
desesperación
Porque lo que para muchos en esta ciudad es gastado en unas
horas de juerga
Eso mismo se pierde para siempre, aquí, en Arequipa,
mientras llueve, torrencialmente
Porque la lluvia abre caminos por el techo, ladea las
paredes, se mete por los costados y
Se camina dentro del agua inundada y la gente no sabe si
orar o seguir botando el agua
Sin saber a dónde, porque abajo hay otra casa en la
pendiente
Y todos pierden en esos cerros que se deshacen en riachuelos
de penas
De días donde nadie se acuerda de ellos, porque estás bien
cómodo en tu casa
Porque tienes seguro contra incendios o, porque hay dinero
para cualquier daño.
No puedes estar enfermo ni ser niño o anciano, mucho menos
ser un recién nacido
Porque no hay por dónde salir si es que un paso está lleno
de lodo y resbales en lo oscuro
Aquí en Arequipa, hay gente que ve entrar el agua por las
puertas de sus precarias casas
Y ve llenarse todo de lodo como si fuera parte del castigo
incrementando.
Es marzo y un Presidente ha renunciado en Perú,
Pero nadie se preocupa por los olvidados de la lluvia.
Julio Mauricio Pacheco Polanco
Poeta
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Julio Mauricio Pacheco Polanco
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