REVELACIONES PARA UN JOVEN POETA






Una tarde de verano frente al mejor ocaso que me dejó impávido supe qué quería escribir
-es largo el trayecto para llenarles de vida a las palabras, no son solo suficiente lecturas-
El cielo era algo hermoso en Mollendo y quise hacer algo parecido con mis palabras
-nunca pude entender tal espectáculo que pasaba para todos sin que nadie diera gracias-
Tenías que ver el color del mar contrastando con las nubes rojas y el Sol despidiéndose
Me pregunté si un libro podría retratar a la perfección lo que anhelé a futuro escribir
Mi memoria sigue viva cada vez que pienso en escribir y recuerdo desde la arena ese ocaso
-¿era una invitación a conocer el amor con una muchacha?, ¿o era la vida que se manifestaba?-
Unos tallarines rojos con pollo, unos platos de mariscos, bastante chicha morada helada
Y yo que me veo detenido en el tiempo entendiendo que eso es Literatura
-no un panorama perfecto, sino lo que te hacía sentir al ver lo que es inmarcesible-
Me detuve como para siempre y quise saber de los misterios
¿Qué hacía yo en medio del universo sintiendo el bramido del mar?
Era yo el que un día terminaría por marcharse, el mundo seguiría sin mí
-tal vez mi lucidez me hizo entender la eternidad de otra forma-
¿Hay algo más allá de todo esto que no percatamos en el instante?
Prisas para aquí, compras allá, la hipoteca, pagos y deudas
No, eso no es la vida, entre pasos apresurados y trabajos pendientes
¿Me vio el firmamento para escribirlo esto ahora muchos años después?
¿Alguna vez tendría las palabras para hacer melodías con los poemas?
Y no quise irme, quizá nadie quiera irse cuando el milagro se manifiesta
Quizás el ritual es eso, ver desde el Malecón qué nos quiere decir el Sol en cada puesta
-otras civilizaciones y tanta historia escrita por el hombre-
Y las personas se preguntan dónde uno puede hallar la felicidad
-en los lechos todo vuelve a renacer como cuando cierras los ojos y uno se remonta al ocaso-
Hacer el amor muchas veces antes que el Sol muera frente al mar es necesario
Sentarse en la montaña para volver a las preguntas elementales también
Orden y desorden, placidez y tragedia, dinero y carencias
Pero la imagen no se va, fue la tarde del descubrimiento
El universo me dijo que estoy vivo
Y que hay algo más allá que todos estos días donde nadie sabe a dónde va.

Julio Mauricio Pacheco Polanco
Poeta

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Julio Mauricio Pacheco Polanco

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