UN HOMBRE CONTEMPLA EL OCÉANO Y OTRAS COSAS NO ESCRITAS AQUÍ
Que cuántas veces perdí la fe
Tal vez muchas veces
-decir tal vez es una manera ambigua de decir que no nací para
vivir sin un norte-
Debo ser claro: en todo hallo conocimiento
Y para mí todo es poesía.
¿Será siempre esta paz en mi habitación, calando un tabaco
Sabiéndome solo y libre?
Te he visto en un carro del año
Mas ya no eres la muchacha bella que conocí,
Me pregunté quién tenía más en ese momento
Tú con tu auto del año y tu rostro desdichado
O yo con mi tabaco sin temerle a nada.
Puedes llenarte de todo tipo de lujo
Recorrer el mundo y estar en los lugares donde solos pocos
pueden entrar
Darte la mano con la verdadera gente importante
Pero tu corazón no late con una óptima canción
Ni las 11:00 p.m. son horas para escribir algo sobre los que
agradecemos.
Que cuántas veces perdí la fe
Una calle donde no había dónde ocultarse
Las muchachas que no retornaban al día siguiente
Mis fracasos que solo yo entiendo,
Porqué entonces debería dejar de reír
Mientras escriba, siempre recordaré los días muertos
Del porqué nací para seguir creyendo.
¡Ah, debes haber leído escritos míos terribles!
Mas siempre retorno y mira que son ya varias décadas
Casi medio siglo donde sigo sintiéndome un extranjero donde
estoy
Alguien que es un misterio desde una extraña fortaleza
¡Me basta con que no haya moscas en mi apartamento!
Yo puedo elegir qué muchacha entre aquí
Y nadie me molesta, ni jueces ni policías ni bancos
Mañana estará servido el desayuno a la mesa
Y reiremos todos en la casa de la familia
Mientras sé que otros no la pasan nada bien,
Que cada amanecer es un martirio
Si no supiera de esos días,
Que si bien, perdí muchas veces la fe
Entiendo que fue necesario para saber de estos momentos
Donde nada debo a nadie
Y es plácido escribir sobre ello, a casi media noche
Sin que nadie moleste
Sin que nadie perturbe mi Santuario.
Julio Mauricio Pacheco Polanco
Poeta
Todos los Derechos Reservados para
Julio Mauricio Pacheco Polanco
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