CONVERSACIÓN CON MI PADRE SOBRE LOS CELOS






No, Mauricio, no todas son putas. Las putas son raras, especiales. No todas nacen con esa cualidad. ¿Sabes la cantidad de enfermedades de transmisión sexual que hay? Los celos son una etapa propia de todo varón que no sabe nada del amor. Una cosa es que la mujer sea coqueta y otra que esté llena de venéreas. ¿Sabes cuál es el impacto que éstas ocasionan en las mujeres? Los mismos herpes labiales son virus que tiene rebrotes de por vida y se contagian solo con los besos. Hace años, un conocido liberal que acostumbraba hacer el amor con esas muchachas que se le entregaban a todos, dentro de su ignorancia, hizo el amor con ella y, le salieron herpes en sus partes íntimas. Lo escabroso de todo esto es que se enteró que los tendría de por vida y que los transmitiría a su descendencia sin tener tratamiento alguno para curarse de ese virus. En  mi generación se pensaba que mientras más venéreas tuviéramos nosotros los hombres, más machos éramos y más respeto merecíamos. Hoy en día sabemos que aquella persona que ha tenido más de 3 parejas estables, tienen muchas probabilidades de tener alguna enfermedad de transmisión sexual. Es que no solo se trata de tener intimidad, se trata de que con solo besarse con una desconocida, puedes adquirir estas enfermedades del amor o la de los besos. Tú tienes mucha suerte por ser de buena familia. Sé que te has besado con innumerables muchachas que cuando tuvieron tu edad, nunca portaron ningún virus de los que te menciono. Los débiles ante la carne, los y las que han caído en las garras de la lujuria, son los que terminan escarmentando con alguna enfermedad venérea. Lamentablemente algunas de estas enfermedades son de por vida y no tienen cura. Por eso, cuando alguna muchacha te ha rechazado cuando has querido besarla, es porque han temido que tú seas un portador o tengas alguna de estas enfermedades.
Te hablaba de las putas, te decía que son especiales, porque ellas cruzaron todas las líneas donde las fantasías se convirtieron en realidad. Que puede pasar esto con todas las mujeres, te diré la verdad, claro que puede pasar. En el sexo no hay límite alguno y, experimentado éste, se llega al punto donde ya no se puede decir no. Los varones perdemos el control y queremos hacerle el amor a todas las mujeres que podamos. Algunas se dejan porque lo desean y otras se asustan y se atemorizan. En el caso de las mujeres, esta incapacidad para decir no se basa justamente en que los orgasmos sentidos, sean con drogas o al natural, se ha convertido en una necesidad de la cual no pueden desligarse. Pero son raras, son pocas las mujeres que deciden llevar ese estilo de vida, primero porque nadie quiere tener enfermedades de transmisión sexual y segundo, porque llegado el momento, la vida para ellas solo se trata de tener sexo, sea con quien fuera, varón o mujer y, sobre esto quería hablarte, sobre los celos.
Nuestra condición de machos territoriales hace que sintamos que nuestra pareja forme parte de nuestra propiedad o la sintamos así y, sé que está mal, pero esto es algo atávico. En las relaciones de pareja se habla mucho de la confianza que se debe tener entre ambas partes de la pareja. No se puede ir pidiendo a cada mujer que conoces, exámenes de laboratorio para verificar si tiene alguna enfermedad de transmisión sexual. Sin embargo, sin salirme del tema, los celos son una enfermedad de la cual algunas  mujeres hacen abuso femenino para controlar al varón donde es más débil: en la mente, en sus pensamientos. Generalmente este tipo de mujeres se quedan solas. Nadie quiere estar con una mujer que provoca celos constantemente, mucho menos si es infiel. Las personas maduras no perdonamos las infidelidades y, las mujeres que se respetan y son decentes, no se encaman con el primer hombre que las seduce. Los rastros de las venéreas no solo salen en los labios. ¿Alguna vez te has preguntado por qué rechazamos a las mujeres que tienen lunares en el rostro? ¿No has sentido esta reacción instintiva como algo natural? No, no es antiestético, es porque tememos que nos salgan esos lunares en el rostro y, en el amor, ambas partes se combinan. Está demás decirte que si tu pareja tiene los ojos claros, tus ojos se aclararán con el tiempo, que combinarse entre dos personas implica intercambiar genes que están dentro de los fluidos propios de los orgasmos entre varón y mujer. Debes entender entonces que por más coqueta que sea una  mujer, si es que es infiel, no podrá soportar la condena de una sociedad donde las mujeres también condenan a las infieles y, no es por razones machistas: nadie quiere tener cerca a una mujer que podría quietarles a su esposo. Las razones como ves, son por seguridad y normas de convivencias donde no hay patriarcado sino deseos de vivir en paz. Por eso, las putas, son mujeres especiales, con las cuales puedes hacer de todo si acaso llegada a tener la confianza y el consentimiento con quien fuera tu pareja, pudieras con ella hacer todo lo que ella también quisiera hacer en la intimidad. Leí una de tus novelas, creo que se llama: La brevedad en el tiempo. Y no te equivocaste, la mujer lucha mucho antes de entregarse, porque cuando ya has logrado que se entregue, será tuya para siempre. Que si en el matrimonio hay crisis, eso es algo muy normal, es difícil sobre llevar los años de convivencia, te lo digo yo que llevo casado con tu madre 48 años.
¿Los celos?, pues sí, todos los hemos sentido alguna vez, indistintamente de que sea uno varón o mujer, pero cuando la persona madura, piensa en otras cosas: el escándalo o la desgracia en sociedad que juzga y mira mal todo aquello que atente contra las relaciones de pareja, que al fin y al cabo, la calentura no se resuelve revolcándose con extrañas o extraños, que si no te queda claro, unos somos decentes y, otros, como se dice, de la vida, con todas las enfermedades de transmisión sexual posibles, si es que acaso podrá soportar ver sus partes íntimas llenas de llagas, granos, heridas o asquerosidades que de inmediato provocarán el rechazo de cualquier persona si así puntualizo que no todas son putas, que las mujeres no se entregan al primer hombre que se les aparece o que nosotros, no nos acostamos con la primera mujer que se nos regale porque los virus de las enfermedades de transmisión sexual se contagian a veces solo con roces y, nadie quiere ser un apestado, alguien que sea señalado por tener venéreas. Por lo tanto, los celos quedan fuera de todo trato dentro de la pareja, que la sonrisa es para darla, las amistades para compartir buenos momentos y, el libertinaje dejado para los y las enfermas con venéreas.

Julio Mauricio Pacheco Polanco
Escritor

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Julio Mauricio Pacheco Polanco

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