EL ESCRITOR Y EL COMPROMISO
En ti está la decisión Mauricio,
eres el último de esta generación que queda en pie, tus valores no los has
perdido y ya es muy tarde para que los pierdas; si te publicaran y dieras el
discurso como Escritor, pondrías en jaque al mundo, quizá por eso solo escribas
para la web. Pensaba en ella, en que a ella no pude rescatarla, en cómo empecé
a escribir por solo amarla, un amor de esos que duran para siempre a pesar de
no haber tenido un solo beso, esos amores de verdad, los que se quedan en la
memoria de uno muy al hecho de haber tenido más de 200 muchachas en la
intimidad, entiendo así al amor, al amor de adolescente; porque a veces la
recuerdo, como cuando me sentaba en las playas de El Puerto Bravo de Mollendo,
donde nací y, entonces supe qué era la inspiración, cómo te mueven los
sentimientos algunas muchachas para exclamar el: “por qué”; otra cosa fue mi
destino, las cosas que me pasaron para convertirme en un rebelde con causa, que
sí la volví a ver, pues sí, pero ya era tarde, ella me decía que ya había
probado de todo, siempre a la defensiva, como si me viera alguien de quien
debía también defenderse; esa tarde le quise decir que por ella me hice
Escritor, pero el tiempo no alcanzó y me parece, creo que nunca lo sepa y, como
reitero, no pude rescatarla. En qué piensas Mauricio, me preguntó ella que
estaba echada en mi cama, desnuda, acariciando mi pecho mientras esperaba que
la recogieran. Pienso en muchas cosas. No Mauricio, te conozco, tú piensas
siempre en las mujeres que han sido tuyas, ¿qué te fascina de nosotras además
del placer? Mira, toqué sus senos blancos y duros, estaban aún calientes, me
decía a la vez que las calenturas son inevitables, que por esa razón seguimos
vivos, que ellas tienen derecho a elegir sobre si desean ser madres o no, ah,
que decidí quedarme en esta ciudad, Arequipa es un punto de escala para mujeres
de todos los países que quieren conocer Perú; yo no necesité recorrer el
planeta para llenarme de vivencias y experiencias, antes pensaba que leyendo
muchos libros sería un hombre sabio. Y lo eres, a tus 46 años ya has alcanzado
la sabiduría, pocos hombres son de mundo y libres como tú. Pensé en ese momento
en los internamientos que tuve, en cómo pelee por mi libertad. No, me refiero a
que tuve que tomar una decisión: o recorrer el mundo, o conocer a la mujer, no
fue difícil la decisión, creo que la mujer es el mundo y cada una de ellas, las
que recorren diferentes países, dejaron lo mejor de sí en mí. ¡Bah, pensé que
me ibas a decir algo ingenioso!, siempre dices cosas que se quedan en nuestros
pensamientos y nos hacen reflexionar cuando tenemos angustia. ¿Me permites
fumar un tabaco? ¡Claro Mauricio!, conmigo siempre podrás fumar tus tabacos. Había
dicho la verdad, porque en muchas ocasiones recibí propuestas para ir a vivir a
Europa por parte de europeas que querían llevarme con ellas, pero no las
aceptaba, Arequipa se había convertido en mi refugio, desde aquí podía escribir
libremente, como lo sigo haciendo hasta ahora, como muchos escritores
anhelarían tener un lugar así para escribir y, lo digo por la libertad de
expresión, por la fuerza de las palabras y su alcance, por el derecho que nos
habíamos ganado a decir lo que pensamos sin miedo a alguna represalia. No lo
sé, pensé mientras decía que sí, que tengo La Palabra en mí como una reserva
moral o un último bastión, pero ya había meditado mucho sobre ello, de mis
largas tertulias en la universidad había aprendido que el mundo no quiere ser
cambiado, que las muchachas en la universidad no tienen tiempo para filosofar,
que a sus casi 20 años están descubriendo el amor y que, cuando acaban sus
carreras, si no se han casado, ya están contra el tiempo al temer quedarse
solas, no, las personas son hábiles para con argumentos bien sustentados,
puedan defender lo indefendible y, todo a cambio de un favor, ésa es una de las
razones del porqué he rechazado muchas propuestas para entrar en la política,
mi espíritu libre está abocado a hacer el amor, no hay otra respuesta, al menos
para mí. No sé qué pasaría, porque sé que cuando empiece a hablar, tendré al
mundo sobre mí y solo por decir la verdad y, eso no le agradará a mucha gente;
seré noticia quiera o no y seré usado para fines donde ni siquiera sepa qué
está ocurriendo; el mundo nunca fue un lugar seguro para los idealistas, para
los que somos librepensadores, llegar a una ciudad donde todos me conozcan y yo
no conozca a nadie solo será un pretexto para perder mi salud o la tranquilidad
de la que gozo en esta ciudad. ¿Entonces, nunca aceptarás ser publicado por los
sellos importantes?, mira que podrías tener mucho dinero y así tener lo que más
te gusta: todas las mujeres del mundo. Sí, he pensado en ello, pero no vale la
pena de esa forma. ¿Entonces qué?, dejarás pasar los días donde no haces el
amor con nadie, solo para seguir seguro desde donde estás. Acaricié con ternura
esta vez sus senos y apostillé: creo que se llama el derecho a elegir cómo ser
feliz y, así ustedes me acompañen eventualmente en las semanas y no como yo lo
desee diariamente por largas horas, pues eso he optado. Ella me tomó de la
nariz moviéndola de un lado para el otro mientras sonreía para finalmente
decirme: el mundo no deja pasar desapercibidas a las personas como tú, les
encanta el ruedo, el espectáculo o los héroes que padecen tragedias y son
humanos, no te veo mucho tiempo escribiendo desde tu Blogger, ya saben de ti en
todos los rincones de este planeta, el mundo te espera Mauricio.
Prendí otro tabaco y pensé en la
vida solitaria que llevo, en mis horas silentes, en los cambios ya conocidos de
los célebres, en el compromiso, en la vida pública de un Escritor, si es que ya
no es pública desde la web.
Julio Mauricio Pacheco Polanco
Escritor
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Julio Mauricio Pacheco Polanco
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