EL ESCRITOR Y LA LEY

Bueno, ya, los tienes en tus manos, sabes dónde queda esa notaria en la que se falsifican venta de propiedades adulterando la compra venta con si es posible más de 20 años de antigüedad. Y es un notario de buen apellido y respetado y, allí van muchos abogados y mucha gente. Porque viste cuando le dijo: solo tienes que ponerle un vidrio a la luz del sol para que el contrato de compra venta, ese papel que delinque, parezca de varios años atrás. ¿Y entonces qué?, estás a nada de decirlo a todo la ciudad cosas que los adinerados saben. No es mi intención, las circunstancias me obligan, solo estoy esperando el momento cuando la traición contra mi persona se dé.

¿Que cómo empezó todo esto?, pues hace algunos años y, mira que la prensa se presta para encubrir a los que estafan, esa prensa que se jacta de decir la verdad e informar a la gente, la vileza es así cuando sabes que debes favores o hay gente que está por encima de los que están en los medios de comunicación y temen por perder sus empleos.

El boina rojo me dijo: Mauricio, la pena para los oficiales de policía no son iguales a las que se aplican a los ciudadanos, son peores, porque también hay policías corruptos como magistrados y cuanta gente tenga en sus manos el ejercicio de la justicia. No es como piensas, donde trabajamos, entre nosotros nos hacemos la vida imposible y, se dice, ejercemos La Ley, porque unos roban a otros el material de trabajo, malogran nuestras computadoras con las cuales trabajamos y nadie creería que esto nos pasa.

“El peruano es muy orgulloso”, dijeron cuando me vieron pasar, dijeron también muchas cosas cuando declaré por los medios de comunicación en defensa de la moral y los valores que existen y son necesarios recordarlos. No Mauricio, los abogados no creemos en el deber, trabajamos por conveniencia, no nos importa las razones del acusado, todo puede ser defendido y, así, pagamos nuestro cupo para las cárceles, de qué cupo hablo, de librar de la prisión  a un criminal.

Por supuesto que no todos los peruanos somos así, hay gente que trabaja 12 hora diarias y hasta hay veces que unas horas más, es gente que hace dinero de manera honesta. Lo que no saben los estafadores es que cuando te metes con el esfuerzo hecho por años y te quitan tus bienes, tu vida está en juego, nadie perdona que le quiten lo que le costó años de sacrificios y arduo trabajo para tener lo que ahora tiene. El hombre para siempre armado y, es natural, sabe que mucha gente lo tiene en la mira por un ajuste de cuentas, cuando la paz fue perdida por querer tener dinero fácil.

Es que yo los vi entrar y salir una y otra vez de la misma notaría, riéndose de sus fechorías, celebrando su supuesta viveza cuando una estafa más estaba consumada. Se dedican a averiguar qué casas están abandonas o en litigio, qué casas pueden ser suyas, a las cuales se adueñan a la fuerza, con argumentos legales que serán desestimados para la parte que demanda, en El Tribunal Constitucional porque son compadritos, conocidos y entre ellos hacen espíritu de cuerpo.

El sujeto cayó detenido por vender por quinta vez la misma propiedad, se creía blindado por las  fuerzas del orden, pero a todos les llega su momento cuando las cosas no son correctas. Firmar mensualmente en el cuaderno de buena conducta en la instancia del Poder Judicial me genera sospechas cuando las estafas se siguen haciendo.

Rotos los vidrios en el Colegio de Abogados de la ciudad, fue un escándalo matonezco en las últimas elecciones para el Decanato. La justicia es eso: no importa el derecho constitucional, todo se soluciona a la fuerza, a golpes, bajo amenazas de muerte e intimidaciones.

Y pensar que son de buena familia. ¿Quién pensaría ello de ese notario?

El resto parecía ser silencio.

Julio Mauricio Pacheco Polanco

Escritor

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Julio Mauricio Pacheco Polanco