EL HEDOR
La verdad es que cada vez que me
excito mucho con una mujer, me dan ganas de meconar. Aquella noche ella al
entrar a mi apartamento me pidió que le prestara el baño, quería miccionar, mi
reacción fue algo similar, querer excretar, cosa que lo hice en su delante,
ambos juntos, dentro del baño. Liberadas las excretas y los gases sonoros, ella
no dejaba de verme para finalmente decirme: ¿es que tu mierda no apesta?
Los olores suelen atraer mucho,
los olores femeninos son muy notorios cuando ellas se han excitado y para mí
son agradables y estimulantes. Suelo recoger con mis dedos el olor que hay
detrás de los pallares de mis orejas solo para sentir el olor orgásmico de
ellas que, no sé por qué razón, se quedan allí, por más que me asee con agua
caliente dos o tres veces al día, sin embargo no es algo que rechace, es algo que me relaja bastante.
Está demás decir que la muchacha
de esa ocasión volvió muchas veces a mi apartamento para hacer el amor. ¿Te
limpias con una toalla en vez de usar papel higiénico? Sí, es desagradable el
olor a mierda en el jean y como no uso calzoncillos, pues no me queda ese olor
incómodo a papel higiénico en el cuerpo. Vaya que eres un tipo extraño, ¿eh?,
pero igual, pensé que solo nosotras las mujeres hacíamos eso. Todas las
muchachas con las que hago el amor tienen una característica: no les huele su
derrier, para ser preciso, no les huele su ano, solo siento el olor a piel
desnuda y caliente, piel y ano que me estimulan a ser penetrados cuando las muchachas
tienen unas caderas muy grandes que son simétricas con una estrecha cintura o en
todo caso, he perdido el control en la pasión y deseo tener el poder sobre ella
totalmente. Cosa que no es siempre, no me gusta mucho el sexo contranatura,
pero sí el olor a piel desnuda, no el olor a flatos o miasmas que para mí solo
sirven para matar la pasión.
¿Cruzar los continentes buscando
una respuesta? Por qué llora otra vez, ¿me está manipulando?, qué interés
tendría en ello, solo soy un Escritor cuya fama es mundial pero que no vive de
sus escritos. O quizás está saliendo de una relación que le ha destruido su
autoestima y necesita afecto. ¿Debo abrazarla?, puedo hacerlo, puedo tomarla
entre mis brazos y llevarla a mi pecho. Pero, llorarme en un lugar público, en
un café donde de pronto se llenaron las mesas cuando al principio éramos los
únicos sentados a las mesas en él, ¿por qué toca temas puntuales sobre los
cuales siempre escribo?, está llorando y hablando del sentido de la existencia
y, ella sabe bien que esos temas son los que más me apasionan, está hablando
de sexo, de que está buscando una pareja ante quien sea sumisa, esclava, a
quien pueda entregarse, ¿no es eso una conexión?, ¿me está leyendo desde el
país europeo de donde ha venido? Espera, Mauricio, ella sabe que vas a escribir
sobre esto, lo sabe porque en uno de mis libros escribí sobre ella un extenso
relato donde hablaba de su ¿bisexualidad?, porque cuando nos conocimos, hacía
unos 4 años atrás, su mirada me sedujo con el fin que atrayera su atención y lo
logró a tal manera que escribiera y tomara en serio su personalidad. En ese
entonces la descarté porque me dijo que sus preferencias sexuales estaban
orientadas hacia las de su género, pero como era muy bella, decidí ser su
amigo, está demás acotar que me encanta en demasía la belleza de la mujer, así
sea lesbiana. Porque se pintó los labios color vino tinto y, esos labios
provocaban besarlos, pero pensaba a la vez, ella es lesbiana y ha hecho el amor
y besado muchas vaginas de mujeres que no conozco, ello puso un reparo en mí,
yo no acostumbro a mis mujeres hacerles el sexo oral ni mucho menos dejar que
me hagan el sexo oral cuando estoy muy excitado, lo único que deseo es penetrar
sus vaginas y ser feliz. Son pocas las muchachas que han logrado fascinarme con
felatios donde he visto sus esmeros porque termine enamorado. Pero qué es el
amor para mí sino algo a lo cual me niego porque no está dentro de mis planes,
además, ella se iría en un par de semanas y me sugería mucho con sus lágrimas,
sus bellos ojos, la manera en cómo acomodaba su cabello rubio una y otra vez
para esmerarse en verse bella para mí, no, se va a marchar en semanas y el que
va a perder en ese encuentro soy yo.
¡Es que no le hallo sentido a
nada, siento que estoy perdiendo el control, que no sé hacia dónde debe ir mi
vida! Espera, no es que se haya puesto vulnerable una vez más ante mí, está
manejando la escena para que me conmueva, ¿qué fin tiene todo esto? Ya anteriormente
tuve problemas serios en esta ciudad por haberme dejado engañar por el coqueteo
de una muchacha igual de bella y también lesbiana para luego haber sido difamado de violador, es
decir, haber querido a través del sexo corregir a una mujer solo por haber intentado besarla, no, no puedo
hacerle el amor, penalmente podría ir preso o podría ser acusado públicamente
como una persona despreciable que se aprovechó de una mujer confundida que a
los 10 minutos luego de una larga conversación me propuso tomar un vino. Claro,
¿te parece si lo tomamos en mi apartamento?, pasa como tú sabes que consumo
bastante tabaco y no deseo ser molestado al momento de calarlos. Ella pagó el
vino que me sugirió elija yo. Pero yo no bebo, no sé de vinos y, reconozco a
algunos que son buenos, no sé, éste es recomendable para consumirlo después de
las pastas, es un vino Borgoña, ¿te parece? Ella lo pagó aclarando que solo lo beberíamos
en mi apartamento y que si perdía la cabeza, no intentara sobrepasarme así me
lo pidiera. ¿Eso era una afirmación para tener sexo? Dentro del taxi su sexo
excitado me dijo que sí, alegres y en una misma intención solo pensaba en lo
que me dijo que buscaba: ser sumisa, como si no escribiera sobre mis
experiencias todo el tiempo donde todas mis mujeres son sumisas conmigo. Pero es
demasiado bella y me va a perturbar, no sé si pueda soportar su ausencia para
cuando retorne a Europa, podría involucrarme demasiado como se lo dije en el
café, porque las relaciones sadomasoquistas son aquellas donde se entrega el
alma y altera la bioquímica en los varones como en las mujeres, no quería otra
vez estar perturbado por no poder encontrar mujeres que se acomodaran a gustos
acostumbrados para hacer el amor, ya me había pasado antes cuando rechacé a
mujeres muy bellas por el solo hecho de no poderles hacer el amor a como me
había acostumbrado, ser amo en una relación donde tengo el control como ella lo
pedía, en el lecho, para poder saciar todas mis fantasías implicaba entrar en
un proceso de desaprender a tener sexo para volverlo a tener.
Al entrar me pidió el baño para ocuparlo
ante lo que se extrañó el no encontrar papel higiénico. No uso papel higiénico,
puedes usar una de las toallas para limpiarte. Ella se sintió en ridículo, el
baño no olía a nada como es de costumbre, al pedirme papel para limpiarse, el
olor a mierda no era precisamente sugestivo.
¿Y si es una trampa? Y si de
pronto quiere beber el vino conmigo para luego hacer el amor y después demandarme
por violación alegando que es lesbiana y que con engaños la traje a mi
apartamento. Para mis lectoras y lectores no es nada extraño lo que relato de
mis experiencias sexuales y del cómo dejo marcas en la piel luego de mordeduras
fuertes en el cuerpo, las nalgas muy negras luego de haber sido golpeadas con
fuerza, el pedido que finjan violaciones para satisfacer fantasías donde ellas
lo consienten. Podría ser una trampa, ella pertenece a una comunidad
internacional de lesbianas y no es precisamente una tonta o ignorante, era alguien que
estaba a punto de doctorarse en la universidad donde estudia.
Para salir de dudas luego de una
tediosa conversación donde no se habló de nada interesante y sin haber bebido
el vino, hablamos de las consciencias de los extranjeros, es decir, que si yo
viajara a Europa, digamos, Alemania, debía mínimamente conocer las leyes de ese
país para adaptarme a sus costumbres, tradiciones y, no ser un trasgresor de su
Constitución, ya que le comentaba que no hay Libertad de Expresión en ningún
lugar del mundo y si por a o por b, dijera algo que me involucrara en un
proceso penal por desconocimiento de sus leyes, terminaría preso por carecer de
la consciencia de las leyes de ese país. Le mencioné sobre el Código Civil y
el Código Penal de ese país, que viajar y hacer turismo es hacerlo bajo buen
recaudo y con pleno conocimiento a lo que uno se expone al momento de enunciar un
discurso, por más inofensivo que sea y sin prever que podría ser querellado.
En ese momento ella se alarmó y
reaccionó diciendo que debía marcharse, que tenía sueño y que quería marcharse,
diciendo que el olor al tabaco le estaba fastidiando demasiado, que estaba
harta del smog de la ciudad, que olía a quemado y que no se sentía cómoda. Me extrañó
ello más porque desde que nos conocimos ella sabía que fumo bastante y que la
razón principal por la cual estábamos en mi apartamento era para que yo pudiera
calar mis tabacos mentolados sin que nadie me molestara por ello, que si vivía solo era por esa razón, había dejado la casa de mis padres porque a ellos
les incomodaba que yo fumara.
Al entrar a mi habitación, lo
primero que dijo fue: ¡huele bien! Los aromas para relajar a las muchachas que
entran a mi apartamento es algo a lo cual presté hace años mucha atención. El olor
a prados frescos de primavera en mi habitación fue algo muy notorio para ella.
¿Vas a llamar a tu taxi
entonces?, le pregunté ante mi asombro de que éste estuviera a media cuadra de
mi apartamento, manejado por un amigo suyo de confianza con quien hablé para
darle una dirección que no era necesaria porque estaba a media cuadra en una
ciudad donde somos más de un millón y medio de habitantes y cruzarla demora
algo más de 2 horas.
¿Qué pudo haber pasado entonces
si tomábamos el vino y ocurría lo que ella sugirió llorando en el café? Los peritos
habrían confirmado una violación por la brusquedad al momento de haberle hecho
el amor a una lesbiana, recalcando que ellas reclaman eso, que se les respete
su opción sexual y que no se les corrija con violaciones para que sean
femeninas.
Los olores siempre han sido
estimulantes para mí, los olores naturales, en una mujer, para hacerle el amor.
Al entrar ella a mi habitación, el olor a mierda estaba en ella, no se había
limpiado con la toalla, algo no andaba
bien, eso no encajaba en nada, simplemente no quería hacer el amor, ningún
hombre desea a una mujer que huele a mierda por más rubia o de ojos claros sea,
al menos para alguien como yo que ya he tenido más de 200 muchachas y que son
muy cuidadosas con esos detalles. Decidí entonces conversar con ella, no tomar
el vino.
Ya vino tu taxi, está tocando el
claxon. Qué, pensé que se iba a tomar su tiempo. No, tu amigo me dijo que
estaba a media cuadra de mi apartamento. ¿Nos volveremos a ver?, fue lo que me
preguntó en la puerta. No sé, tal vez. La llamé dos días después luego que ella
no diera una explicación coherente sobre el porqué su amigo estaba a media
cuadra de mi casa. Medité sobre lo que me comentó de sí llorando en el café, le
di una opinión de amigo, luego, aun perturbado por su belleza, dos días después
la llamé sin que recibiera contestación alguna como igual le mandé dos mensajes
de texto donde la animaba a que se fuera de viaje a la selva como lo comentara
en el café. Luego la bloquee de mis redes sociales y borré de mi agenda del
celular. No la llamé más.
Seguramente ahora estaría en
problemas con La Ley por haberle hecho el amor a una lesbiana con fines “correctivos”,
como sería atestado en las declaraciones de quien forma parte de una comunidad internacional
de preferencias sexuales diferentes a nosotros, los heterosexuales. Que qué fue
lo que me salvó de no haberle hecho el amor, pues el hedor, el olor a mierda
que mata pasiones.
La mierda me había salvado. No tomamos el vino que le haría perder el control del cual tanto me habló en relación al sexo.
Julio Mauricio Pacheco Polanco
Escritor
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Julio Mauricio Pacheco Polanco
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