LA DERROTA DEL ESCAPISTA
Pero qué, no entiendo, si el tipo
lo tenía todo bajo control, ahora está que se va de bar en bar, discoteca en
discoteca, night club en night club sin parar, qué, se metió de lleno a la
jarana, pero no hay razón alguna, el tipo no tenía razones para mandarlo todo
al carajo, su esposa es un ángel de Nuestro Señor que le lleva el amén en todo,
sus hijos son bien educados y el ejemplo en los colegios donde estudian, ¿qué
pasó? Nada, nadie tiene respuestas para eso, pasa y pasa todos los días con la
gente que conozco y de la que hablan siempre, lo tenían todo, estaban felices,
bien en su vida y, de pronto, bebiendo un vaso de cerveza, empezaron hasta no
parar hasta ahora y que no paran, ¿eh?, qué será, la rutina, lo mismo de
siempre todos los días, una respuesta no hallada a la cual se ha renunciado por
saber que nunca será resuelta, una noche de placer con una mujer increíble que le mostró otros lados de
la vida, facetas donde la gente se rinde, se olvida de todo y simplemente se
dedican a vivir al máximo algo que a mi entender es una fuga constante.
Se meditó un momento en silencio.
Otro más, un largo rato, una hora y, nada.
Ya está 3 meses tomando sin
parar, nadie entiende cómo no le da un
infarto o muere intoxicado. Normalmente es así, los bebedores primerizos son
los que más aguantan, resultan ser jarros y, como se rodea de gente que
está metida hasta los tuétanos en el
alcohol, pues concluye en que es lo que siempre quiso, lo que más le llena o
hace feliz, más que las mujeres o los amigos sobrios y circunspectos del
trabajo, porque eso de las buenas maneras y buenas costumbres se esfuman, los
delirios del alcohol son el paraíso para los que no aguantaron más la
existencia, porque una noche no bastará nunca, ni mucho menos un mes o, que le
vean vendiendo todo lo que tiene, porque ya lo han botado varias veces de su
casa por eso, pero igual, le llega altamente, mira que escaparse 4 veces de los
psiquiátricos solo para seguir bebiendo y haber sido internado 12 veces en
estos 3 meses solo porque sus impulsos compulsivos con la bebida lo tienen en
otra realidad, es que debes oírlo hablar, te habla de fortunas, grandes
negocios, de que tiene muchos amigos que son de verdad, que le entienden, vaya
manera de escapar de todo encontró. ¿Y el sexo, las mujeres? Nada, eso ya no le
interesa, que es bien rara la vida, todos buscan un estilo de vida desde donde
puedan realizarse y sentirse satisfechos con lo que han logrado. ¡Bah!, sabes
bien que nadie logra eso, que todo es apariencias ante los demás, que la moral
es un discurso que nadie cree y que cansa llevarlo todos los días. Lo sé, lo
sabemos, lo sabe todo el mundo, pero su sed, sus ganas de beber parecen ser
arrastradas hace años, como si hubiera sido una fiera contenida en una jaula de
donde ha salido por fin y se siente libre. Y qué, seguirá en las calles, en su
abandono, echado a la suerte de los perros, porque me dicen que ahora anda
visitando a sus viejos amigos solo para pedirles dinero, entre estafas y
mentiras, chantajes emocionales y verborreas donde inventa de todo para obtener
dinero y seguir bebiendo. ¡Al diablo con todo eso!, se lo terminó por tragar el
mundo, que no te extrañe que empiece a robar solo para beber, ya es capaz de
todo por una botella de alcohol, mira que lo puedes ver comprando los licores
más adulterados y baratos y conversar con gente extraña a la cual él dice tener
mucho afecto y que en realidad nunca antes ha tratado y, lo que no me cuadra en
la cabeza es que es endemoniadamente feliz, como nadie lo es en esta sociedad,
porque lo escuchas hablar y en su rostro de niño hay un aire de goce
incomprensible, como si hubiera hallado la fórmula para definir qué hacemos
aquí, porque su discurso ha cambiado totalmente, sus temas de conversación son
muy variados y hasta aprendió a hablar en términos callejeros, no sé, el verlo
nos aterra a todos, porque nos hace dudar de que seamos los siguientes a caer
en los infiernos donde él habita y es feliz.
¿Quién tiene la fórmula que
resuelva la vida de las demás personas?, ¿quién tiene esa respuesta que le haga
sentir que su vida tiene una razón de ser?, ¿quién es capaz de entregarnos una
verdad que cambie este mundo para poder sentirnos seguros y con la consciencia
tranquila, esa que nos dice que todo irá siempre bien, que no hay nada por qué
preocuparse, que los años pueden ser plácidos y que la vida llevaba es la
anhelada?
Olvídalo viejo, yo me marcho a
casa y tomaré ese clonazepam que postergo por semanas, es demasiado para mí. Calé
mi tabaco y de retorno a casa vi una bodega donde expendían licores, fui
tentado a entrar, no qué va, aún no he llegado al extremo, ¿o sí?, espera, pero
si yo soy El Escritor que escribe constantemente de las experiencias extremas,
de cuando se llega al límite. Era inútil, no tenía respuestas para él, solo
para mí. Y así me pasa con todas las personas que conozco. ¿Qué es la sabiduría?, me pregunté, si nadie quiere
hacerle caso y nos alejamos de ésta por más que nos quiera alcanzar, ¡alto!,
¿no leí esto a mis 17 años cuando llegué a Arequipa y en una carpeta de la
academia estaba escrito lo que acabo de escribir? Revisé mi billetera, no había
dinero para evadirme con el sexo. No tenía una razón para estar tranquilo, algo
me perturbaba, pero ya no era él que bebía desmesuradamente, era yo y mi
experiencia límite.
Me senté frente a mi ordenador,
si tan solo esto ayudara a los demás, es decir, el escribir, no sé.
Julio Mauricio Pacheco Polanco
Escritor
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Julio Mauricio Pacheco Polanco
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