LAS MENTIRAS DEL PECADO






Era una buena amante
De esas que me hicieron escribir cada encuentro
Entre canciones de amor cantadas en pleno acto
Hasta la quietud en la penetración
Y nuestros ojos compenetrados hasta perder la noción de todo.
-calo un tabaco y espero no te hagan infeliz-
Aquella mañana me reclamaste por el libro que había escrito sobre ti
Habías contado los días desde la semana anterior
La última vez que habíamos hecho el amor
Pensabas que me había olvidado de ti.
Los celos, ¿qué son los celos cuando los amantes no reclaman nada?
Era tu mirada un decisión fácil ante las demás
Y tu cuerpo, la sabiduría de veinte años para saber ser feliz.
A veces te veo en el rostro de otras muchachas
Y confundo los olores o las posturas
La manera en cómo sujetaba de tu largo cabello
Cuando mordías los labios al ser mía
La rapidez en que entrábamos en empatía solo en segundos
Empatía para los clímax
-alguna mujer de hace años me dijo que eso no era fácil-
¿Y qué fue de ella?, fue la pregunta
Se enamoró y ya no se sabe dónde está
-así fueron muchas entre todas las renuncias
Por saberme de todas-
Pensé en cómo es el amor
En las pastillas que se toman antes de dormir
Y otra vez en los celos
En si existe acaso un hombre que enamorado no cele
En el laberinto de las relaciones donde se termina por complicar todo.
-pasados los 40, todas vuelven, es decir, las primeras enamoradas-
Para otra noche, cuando el corazón sangre
Y la soledad sea desesperación y lágrimas y otra vez soledad
Quizá busques la razón por donde nos amamos
Que estoy en pendiente de muchas muchachas y mujeres
-prendo otro tabaco mientras escribo-
Soy el plan que lleva nombre
El hombre a quién acudir
Cuando todo esté dado por perdido
Para volver a sonreír y ser feliz
Total, yo no hago preguntas ni me comparo
Nunca he competido con nadie en los lechos
Solo he dejado que el tiempo pase
Que entre otras cosas, ésa es la mejor virtud que tengo.
¿Enamorada?, sí, Mauricio, enamorada.
Me alegro, espero que sea feliz.
¿Hablas en serio Mauricio?
Hay que darle crédito al amor, ¿no crees?
Porque en otras noches de traición y maldiciones sueltas
Hay una ruta que conduce al consuelo sin tener que decir nada.
Hay que darle crédito entonces dije
En medio de tantas ilusiones
Y corazones expuestos a las mentiras del pecado
El placer que nos une a todos.


Julio Mauricio Pacheco Polanco
Poeta

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Julio Mauricio Pacheco Polanco

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