POEMA PARA LOS QUE QUIEREN SABER PARA QUÉ SIRVE UN POEMA






Dijo el muchacho al Escritor:
¿Por qué existen los Poetas?,
¿Qué fin tiene escribir sobre lo que ya se sabe?,
¿Acaso el Poeta logró algo alguna vez con sus escritos?
La Remington que no puede ser reemplazada por un ordenador o laptop
Encontró al hombre de cabello crecido y rostro juvenil
Entre sus canas y sus libros a un lado
Entre sus manos y el silencio que acoge
Concentrado en lo que escuchó en el corazón de una mujer.
Volvió a decir el muchacho al Escritor
¡Un mundo mejor, un mundo mejor!
¡Pero si nada ha cambiado!
¿No es inútil el que siga escribiendo?
Las manos del Escritor, sucias por la cinta roja y negra
Acomodaban con sumo cuidado
Para no manchar la página del poema que guardará para sí
Para el momento en que deba ser leído
Para cuando las necesidades no sean simples.
¡No tiene respuesta a lo que le digo!
¿No desiste en su vano persistir?
Exclamó el joven que quiso conocer al Escritor.
Éste, en afán de seguir con su inspiración
Y dueño de un espacio propio que pocos logran alcanzar
Respondió al joven que quería también ser escritor:
“Sucede que las penas no siempre son compartidas,
Que no hay quien ame cuando el diálogo es necesario,
O que la miseria es vil cuando no es desengañada,
Joven muchacho, alguien debe comunicarse con el lector,
Alguien debe en su momento, llenar la ausencia de la amada
O de los amigos, o de las ciudades o del mundo entero,
El escribir no es un acto de vanidad,
Nadie por tanto retiene a un lector con un escrito,
Ningún Poeta tampoco solucionó nada,
Apenas hay palabras en el papel que parecen no decir nada,
Pero cuando las derrotas nos aíslan y nos hacen descreer de todo,
En ese momento, El Poeta recuerda lo probable
Lo que es posible, el sueño que es latente
Las palabras que queremos oír y que nadie nos las dice en las calles
Esas largas calles donde vamos solos y,
No nos quedamos para ser amigos toda la vida,
Cada quien en su destino, alguna vez supo de un Poeta,
Y le habló a los escritos del Poeta
Y con éste meditó lo que a nadie le importaba,
Si El Poeta fue bueno o malo, eso no está en discusión,
Nadie obliga al lector que se le lea a uno,
Pero si éste, halla las coincidencias que otras personas no tienen
Sin duda no fue vano el escribir, no fue vano el soñar
No fue vano el querer un mundo mejor,
Porque el hombre muere cada día
Los espejos abandonan a las mujeres de los años
Y las esperanzas ya no se dialogan para tener fe,
Que escrito esto con sinceridad
Al cerrarse el libro, la vida es más tolerable
Vuelve el amor a ser una esperanza en medio del mundo
Y así nada nuevo se haya dicho y nada se haya resuelto
El Poeta ha estado al lado del lector para volver a persistir
Para que el lector retome su camino que no sé tampoco cuál es
Que nadie sabe cuál es,
Entre todos los intentos de nuestros sueños,
Cuando no tenemos a nadie más con quién conversar”.
Dicho esto, el joven se marchó y dejó al Escritor desde su estudio
Seguir escribiendo en lo que entiende es su misión
Y no volvió a buscarle más.
La respuesta fue dada
Para días donde no las hay.


Julio Mauricio Pacheco Polanco
Poeta

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Julio Mauricio Pacheco Polanco



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