VERSOS PARA LA MUCHACHA DE CABELLO ROJO







Alguna vez el amor debió ser real
-o quizá fue muchas veces-
Ahora es apenas unas horas de sexo
Felicidad plena y, un hasta pronto sin promesas.
Nadie sabe cómo el corazón en el amanecer de la vida
Anheló quedarse con una sola muchacha, toda la vida,
Tampoco nadie escribió como yo de los juramentos
Donde se va más allá de la muerte.
Solo una vez cantó el trovador lo esperado
Entre los rituales de revolución
Y las esperanzas de cada generación que,
Entiéndalo bien mi joven lector
Antes de amar, el mundo te esperará con tu voz única
-para ese momento irrepetible-
Para escuchar lo que tanto callamos
Para saber de las coincidencias
De las páginas de la historia postergadas
-entre guerras y cambios reiterativos que son insistidos en todos nosotros-
En otras calles hombres vestidos de mujeres
Y mujeres con el pecho desnudo
Nos enrrostran a gritos nuestros errores.
¿Es duro el amor para todos?
Creo ser un tipo que se volvió rudo a fuerza de las horas y los años,
Alejado de los amigos y amante de las muchachas que nunca besan.
Estos versos están tan lejos de lo que se esperó de mí,
¿Si guardo culpa en ello?
No creo, soy el reflejo de lo que en mi entorno existe
Como todos, como todos.
¿Quién se desesperó por unos besos verdaderos
Y se sintió morir en el adiós que no contempla los sentimientos?
¡Ah, qué he escrito entonces!
Los suicidas están al pie del abismo
Y las calles se bifurcan sobre senderos que nadie conoce
-y que tampoco importa-
Un vaso con Kola Real negra y unos tabacos mentolados
Me parece que es la conclusión del amor o el sexo o la evasión o el placer.
Los que hemos quedado nos vemos tan distantes de las demás personas,
Quizá seamos solo eso: extraños que estamos más allá del final de otros
Que mi ventura es así, una leyenda hecha versos
Entre muchachas veinteañeras que otra sabiduría tienen.

Julio Mauricio Pacheco Polanco
Poeta

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Julio Mauricio Pacheco Polanco







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