EL HOMBRE QUE ES ESCUCHADO







Deja que aparte la Luna para que no vea amarnos
Yo sé cómo hacerlo y a quién pedirlo
Que entre otras cosas
A mi lado no habrá riquezas ni famas
Solo un camino del cual no querrás retornar
Y eso es muy tentador
Hasta para el que lo tiene todo.
Muchacha que buscas y me amas enloquecidamente
Dejas atrás sueños que no se concretaron
Para saber de mí y lo que propongo escribiendo
¿Qué sabes de mí que yo no sepa y los demás no sepan?
Dame placer a cada momento y estaré a tu lado siempre
Yo sé cómo derrotar la soledad más insufrible
Y si tocas mi elemento
Puedo ser poesía constante
Mientras nuestros cuerpos sin desmayo
Al amor se entreguen.
¿Dices que entiendo a la perfección tu circunstancia?
Que tengo los besos inmarcesibles que sanan
Y que en mi océano desnuda a mis ojos quieres estar
Deja que aparte el Sol para que no toque tu piel nacarada
Sé cómo hacerlo y a quién pedirlo.
En otras tardes discerní entre lo valioso y lo despreciable
Y así es mi riqueza: un alma que es dueña de lo que desee
Alguien que tiene las manos limpias
Y que ávido de vida sabe de los momentos que perdieron otros.
Sueña a mi lado como mi sueño es
Soy un ritual constante para mi gloria
Un amanecer que los eruditos no encontraron
El libro que nunca dejará de ser escrito
El contacto donde anhelarás  nunca morir
¿No sientes en todas las distancias mis agradecimientos?
Y si tanto te molesta el Sol o la Luna al momento de amarnos
Deja que con una mano he de apartarles
Que sé cómo hacerlo
Sé a quién pedirle, para mostrarte cuán hijo del universo soy.


Julio Mauricio Pacheco Polanco
Poeta

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Julio Mauricio Pacheco Polanco








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