LA MALDICIÓN DE LO VIRIL
Para qué más sirve sino es para el placer
Pero para nada más
Con él no puedes comprar el pan
Ni mucho menos conseguir trabajo,
Puedes hacer el amor 12 horas continuas si es que eres
privilegiado
Así los desgraciados sean pagados por una mujer muy mayor por
ello.
Mas no puedes con él criar a unos niños
O salvar al mundo,
A lo mucho está erecto todo el día y quiere solo penetrar
Si es posible, la pared que está en tu habitación
Y entonces no me digas que la paz existe
Que con éste puedes calmar a los que sufren
O rescatar a los que necesitan sabiduría,
Solo es un constante deseo de querer penetrar
Y así, no se puede conversar claramente con Dios
Ni entender bien al mundo
Ya que desde niño, estás jugando con él
Cuando te llegue el momento, amarás con él
Y cuando llores en soledad, él seguirá erecto pidiendo más.
Y no puedes pagar las cuentas del banco con él
No puedes pagar los estudios de tus hijos con él
Ni mucho menos comprar una casa o un auto
O cargar a cuestas un día largo, semanas largas, meses
largos
Cuando estás solo y él sigue erecto.
Puedes decir amor, pero el que siente es él
Puedes recorrer el mundo o huir, pero él está siempre
pidiendo más
Y no puedes decir basta, hasta aquí no más
Llegado el momento pierdes la cabeza mientras él sigue
erecto
¿Qué sabe la mujer de nosotros?
¿Qué saben los moralistas cuando escriben tratado de
convivencia?
¿Qué entiende La Ley cuando él está erecto todo el día?
¿Qué entiende la esposa que dice no cuando él pide más?
¡Qué entiende Dios si nos dio un pene que solo quiere
penetrar!
Julio Mauricio Pacheco Polanco
Poeta
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Julio Mauricio Pacheco Polanco
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