ELLA DIJO: LO QUIERO SOLO PARA MÍ AL PRECIO QUE SEA






No hay misterio en la inteligencia de la mujer que no pueda yo resolver, me fascina cómo algunas muchachas enamoradas son capaces de cualquier cosa para tener a su amado solo para ellas, si es posible, encerrado en su habitación, entretenido en lo que más le guste, peleado con sus mejores amigos, enemistado con el mundo, reducido a un diagnóstico psiquiátrico que le impida trabajar y conocer a otras muchachas, condenado a la soledad desde donde ella está todo el día, de cualquier manera, sea el WhatsApp o las llamadas por celular, pero siempre reteniéndolo, sin importarle si es que llegara a caer en demencia alguna o en su enloquecimiento, esté fuera de la realidad o ya su razón no entienda nada. Sin embargo, el amor en las mujeres puede resultar misterioso para aquellos que no las han conocido en profundidad. Ella se enamoró perdidamente de él y afirmó la noche en que lloró por primera vez ante su ausencia, cuando se dio cuenta que estaría dispuesta a hacer de todo porque solo a ella le perteneciera que, empezó a maquinar la manera perfecta para que se fuera acostumbrando a rechazar al mundo, al entorno donde se desarrolló, los familiares, los amigos, todo, absolutamente todo, con el fin que solo ella fuera su único nexo con la realidad.
No sé cómo definir al amor bajo este aporte. No sé qué puedan significar las infidelidades si es que éstas tienen un fin que va más allá del querer hacer un daño irreparable o la pérdida total de la confianza, cuando ya se ha perdonado todo, cuando esto reafirma el deseo de estar pendiente el uno de la otra, más que por una necesidad, si acaso es la última estrategia que usen las mujeres para conseguir su objetivo: que el único ser en medio de este mundo que exista sea ella. Y nadie más.
Porque en una mujer enamorada nunca se deberá confiar y, esto, el amado, entre las muchas cosas que ha de ignorar, irá siendo preparado gradualmente hasta que se dé cuenta que la única persona con la cual pueda contar es ella, que las demás personas de su entorno le traicionarán y que todo lo que le queda en medio de la soledad, siempre será ella.
Les denominan como “las valientes”, porque se juegan todo lo que les quede de reputación, si acaso en juego esté su vida misma. Seré puntual e iré al relato de esta relación donde ella empezó a permitir sus perversiones en plenas vías públicas sin temor a ser catalogada de loca o chica perdida. Porque era muy normal el verlos casi haciendo el amor en todas las calles de no ser por la ropa que llevaran puesta y, así, ella se encargó de que recorrieran todos los rincones de una ciudad grande en las que, calles tras calles, desde eventos sociales hasta iglesias, mantenía el libido de quien sabía bien, jamás se atrevería a ir donde las muchachas que no besan por tener valores demasiado arraigados. Verla a ella o a él solos en la calle, era inmediatamente pensarlos. Y todos sabían que pasara lo que pasara, siempre estarían juntos. Nunca le importó su mal humor o sus ideas delirantes, más bien utilizó ello a su favor para saber de memoria de qué manera podría retenerlo para siempre. Lo perverso en él era festejado por ella sin que él se diera cuenta, sin que ella sintiera dolor alguno, mejor dicho miedo. Era suyo y punto. Y así lo sabían todas las demás muchachas de la ciudad, porque empezó a alejarlo de sus mejores amigos primero, luego de haber sido expulsado de los entornos sociales donde alentando en el verbo de la carne, él ya no se daba cuenta de lo desagradable que era verlo en celo todo el tiempo, a vista y paciencia de quienes de manera educada empezaron a pedirle que se apartara de las reuniones donde al principio fueron bienvenidos. El plan avanzó hasta hacer el amor con sus mejores amigos solo para hacerle entender que todos eran prescindibles menos ella, que la culpa la tenía él por ignorarla, gritarla, maltratarla verbalmente, o no darle el lugar que dentro de sus maquinaciones, debía darle, porque de inmediato ella lo alentaba a ser infiel y, sabía bien que podía compartirlo por unas noches, pero que la única que lo podía aguantar era sin duda ella.
Luego de haberlo apartado de todos sus amigos por haberse acostado con ellos, a expensas de ser tildada de ser una perra, luego de haberle inducido lentamente a una soledad donde ya no creía en nadie y que solo podía ser compensada con su amor, logró lo que más quiso, alejarlo del mundo, hasta tenerlo en su habitación, viendo programas televisivos de manera maniaca y, siendo llamado constantemente o mediante mensajes del WhatsApp, para hacerle ver que la única que existiría en todo momento sería ella, así sea a la distancia, hasta hacerle ver a su madre y hermanos que ella había ganado todas las batallas, que lo había alejado de todo y que así se cayera el mundo en mil pedazos, daría más cara su pelea.
No hay misterio en todo esto, salvo que si al hombre que se le defrauda, se le llama: soldado caído, en este caso, ella era la más valiente de todas, si es que debo acotar que su inteligencia estaba llena de un coraje propio de sentimientos demasiado fuertes, algo que muchas personas conocieron, llamado amor y que, solo los más afortunados disfrutan hasta la muerte juntos, si es que aquí no entren las obsesiones ni caprichos, sino más bien voluntades donde la vida peligra, cuando ya nada más importa como en el caso de ella, de tenerlo solo para sí.

Julio Mauricio Pacheco Polanco
Escritor

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Julio Mauricio Pacheco Polanco

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