LAS ORACIONES DE LOS QUE PEDÍAN BENDICIONES






¿Quiénes son los que conocieron la noche desolada y no dejaron de orar?
¿A quiénes se les otorga la paz y redención para estar benditos?
¿No es suficiente un pedazo de pan con queso al desayunar?,
¿No es de dar gracias una noche tranquila donde el sueño sea para el descanso?
¿Qué es la Fe cuando las revelaciones se manifiestan para dar testimonio?
¿Quiénes leyeron todo para luego no poder negar la existencia de Dios?
¿En qué momento el más inteligente quiso explicar a Nuestro Señor y no pudo?
¿En qué momento mis ojos lo vieron en Júbilo para decir que Él existe?
¿Qué más se puede necesitar sino saber que la vida tiene sentido?
¿Cuántos hombres poderosos lo dieron todo solo para saber de su existencia?
¿Qué manos se juntaron desde los cielos para que esto fuera escrito?
¿No supe de misterios que en mi deber debo escribirlos?
¿Quién es feliz sino aquel que entendió la ausencia de la felicidad?
¿Qué soledades fueron otorgadas para saberse acompañar en dicha?
Mi corazón sabe que esto será leído en todo el mundo
Y mi Testimonio es para los que están desamparados
¿No hay noches horribles donde todo es insoportable hasta para los más fuertes?
¿Qué me quiso decir Nuestro Señor con todas sus manifestaciones?
Serena es la mano que señala donde está Él y nos protege
Y en mi pecho no hay temores ni dudas
¿Acaso esto fue así hace décadas?
Largo diría es el camino para sus fieles, así lo insufrible esté presente
Porque no escribo para los que aún no lo conocen
Escribo para los que no lo verán jamás pero le necesitan
Si acaso todos piden verlo para saber qué hacemos aquí
Si acaso ésa es mi mayor bendición que en deber debo compartirla
Para los que atribulados y en llanto desesperado
Necesitan entender, que Él desde todas partes nos acompaña
Así los más inteligentes no puedan explicar en palabras
Lo que su corazón siente, cuando piensan en Él.

Julio Mauricio Pacheco Polanco
Poeta

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Julio Mauricio Pacheco Polanco

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