LOS HOMBRES QUE HABLABAN SOLO DE SUS MUJERES








¿Y qué tal, cómo va todo en la costa? El tipo era alto y moreno, de mirada cansada o perdida, debajo de unos anteojos donde pareciera descansara de noches largas y tediosas donde ocurriera siempre lo mismo. Pues nada, allí en mis dos locales de siempre, tú sabes, siempre llegan 4 o 5 muchachas nuevas, uno tienen que darles la bienvenida, es decir su probadita, previa auscultación del ginecólogo y el dermatólogo, tengo una reputación que proteger, ¿puedes dejar de fumar?, todas las noches aspiro a tabaco y he venido a Arequipa para tratar de respirar un poco de aire puro. Claro, podría dejar de fumar, pero no, no lo haré, sucede que yo también estoy cansado al olor al sexo, no sé cómo sacármelo del cuerpo y el solo tenerte presente hace que el olor se avive. El tipo volteo la mirada hacia el auto de la cochera en el jardín. Entonces, ¿no vas a apagar tu tabaco? Mejor dime qué tales están las nuevas muchachas que te han llegado, total, sabes que te visitaré cuando esté por allá y sabes también que pago bien. se acomodó los lentes y me dijo: siempre fumaste tabacos importados, al menos tienes buenos gustos y, desentendiéndose de mis caladas de tabaco me empezó a hablar de unas norteñas de 19 años que estaban iniciándose, ya sabes, empiezan con mucho entusiasmo, la idea de hacer shows para adinerados agricultores les fascina, en una noche hacen el amor con unos 20 a la vez y se llenan de dinero, la cantidad suficiente como para viajar a donde se les dé la gana y vestirse y darse lujos que como profesionales no se los podrían dar jamás, pero admiro sinceramente su empeño, quieren ser profesionales, estudian a distancia y en un par de años estarán en otras ligas con gente más adinerada. Ya veo, lo de siempre, el mismo proceder. Sí, lo que es de rutina, en 10 años serán todas unas señoras bien casadas y con su propio capital si es que acaso ya tienen su propia empresa, previos viajes al extranjero y el haber tenido la oportunidad de casarse con uno de esos viejos que solo quieren muchachas ardientes en la cama con quiénes hacer el amor y lucirlas como damas de compañía entre otros vejetes que hacen lo mismo. Y qué, ¿la misma gente de siempre? Sí, los mismos citadinos, aunque la cosa está media floja en estas semanas, hay mucha competencia, esas freelance están malogrando el negocio, mis 5 agencias se están barateando y eso no me ayuda para, bueno, eh, qué tal te va, ¿sigues escribiendo? Sí, siempre escribo, además de enterarme de tus novedades que he de probar. Ah, te las recomiendo, luego te paso los nuevos números para cuando ellas estén por esta ciudad, ¿cómo las quieres?, que tengo de todo, desde las más sumisas hasta las más ingobernables, hay para escoger, maduritas, madres solteras, ya, ya me sé eso, solo pásame los números nuevos, debo cambiar de muchachas, me aburre el sexo con una misma muchacha más de dos veces. Lo sé,  con tal que sigas pagando bien, no habrá inconveniente contigo. Y qué, solo por eso has venido a la ciudad. Entonces el tipo volvió  a recuperar su aire tonto, cansino y apagado para quedarse pensando en nada. Ah, no sé a qué cosa te refieres. Te has puesto nervioso. Cómo sabes que me he puesto nervioso. Lo sé porque cada vez que se te pone el rostro cansino, ido o de tonto es porque te sientes en evidencia. Bueno, ¿puedes apagar tu tabaco?, es en serio que quiero respirar aire puro. Me reí un momento, en realidad te hablaba de eso, del tabaco, no de otras cosas, solo sé de tus casas de citas, de lo demás no me interesa saber nada, no quiero ser cómplice de, está bien, mientras botes las volutas a otro lado no me molesta tu tabaco, dijo mientras rápidamente se acomodaba los lentes que recuperaban su mirada dormida, cansada, de noches donde no se pega un ojo y ven lo que todo hombre casado querría ver siempre. Avancé unos pasos hasta que salió la persona  en común a quien visitábamos. ¿Tanto tiempo, eh? ¿Lo dices por mí? Sí, ciertas personas en vez de alegrar la tarde solo logran fastidiarnos. El moreno alto hizo un gesto de fastidio, se agarró el miembro sobre el pantalón como diciendo que la tenía más grande que la de nosotros dos y sin decir nada se fue a sentar a uno de los sillones de la sala. ¿Ves, es lo mismo de siempre?, todo el tiempo acuden a mí para que les resuelva sus problemas. Pero es que el tipo ve todas las noches muchachas nuevas. Sí, pero no es como tú, no habla precisamente de sexo y conquistas, habla solo de negocios donde yo ya no quiero nada saber y, qué tal, qué novedades me traes. Ah, lo mismo de siempre, las muchachas que nos enloquecen a todos. Cosa de Dios y de nosotros los hombres. Cosa que no es de los impotentes. Me tomó entonces de un brazo y llevándome a un lado me susurro despacio: ya no se le para, eso comentan en el nigth club, ni con viagra, ni con viagra, por eso está así, pero bueno, son cosas de ancianos. Espera, conocemos ancianos que llegan a los 80 años y siguen disfrutando de las muchachas con mucho éxito. Sí, pero él ha abusado del alcohol y las drogas, está jodido, dejémosle con sus penas, vamos a tomarnos unas Coca Colas a la tienda. No es mala idea. Y entonces, ¿sigues usando los XXL forte? Creo que ya no me sirven, me están quedando un poco pequeños. Sí, eso suele pasar, ten cuidado, le pasó a él también, bueno, a mí también, a todos los que somos bien mujeriegos, pero no es cosa de alarmarse, mientras tanto a darle duro, ¿no? Y tú, qué tal. Allí, fregado con mis 4 mujeres, cada una jodiendo por su lado y pidiéndome cada día más favores, en realidad no creo que me amen, creo que solo quieren mi dinero. Lo mismo me pasa a mí, pero no es para quejarse tampoco, hay otros que solo las ven pasar sin ir más allá. Sí, pero ¿sabes?, llega un momento en tu vida en que quieres sentir a una mujer que te ame de verdad, como cuando uno fue adolescente y esas cosas sí pasaban. Bueno, ya estamos viejos para pedir eso, con que nos satisfagan en la cama hay que darse por servidos, total, tampoco las amamos nosotros. Bueno, eso lo dices tú que eres mucho más joven que yo, pero yo ya me siento viejo, cansado y con necesidad de un afecto real, no de tener que estar día a día comprándome pleitos para no ser reconocido por ninguna de ellas y encima solo sepan pedir dinero, ¡que joden todo el tiempo, Mauricio!, lo peor es que tengo hijos y las cosas como que se disparan para todas partes a veces y uno que se siente solo y no tiene en quien confiar, la vida no es fácil señor Escritor, sobre todo si tienes 4 mujeres, no lo es. Sí, te entiendo muy bien y, lo peor es que nadie nos entendería.
Calé mi tabaco mientras ordenaba el par de Coca Colas. En realidad el aire era seco y el olor a sexo lo sentía en todas partes, pero bueno, eso es preferible pasar la tarde sin esperanza alguna, porque, ¿ya no se le para? Sí, dicen que ni con viagra. Bueno, eso sí que es estar jodido, totalmente señor Escritor y ambos sabemos, él vive de eso. Ya fue. Dio una probaba a su Coca Cola y finalizó la tarde diciendo, sí, ya fue.

Julio Mauricio Pacheco Polanco
Escritor

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Julio Mauricio Pacheco Polanco



  

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