UNA EXTRAÑA FORMA DE AMARSE







¿Me vas a dejar echada en la cama todo el día?
Calé un tabaco mientras seguía escribiendo
Mira que trato de entablar una conversación contigo
Pero insistes en seguir escribiendo
Te he hablado de mi familia
De lo que me gustaría hacer las noches siguientes
Pero tú pareces preferir al ordenador y tus escritos.
Calé otra vez el tabaco, voltee a verla y le dije:
Es que estoy inspirado, qué diferencia hay entre hacer el amor o escribir
¿Pero es que tanto sexo has tenido que prefieres la literatura?
No se trata de pereza, pero creo que hay prioridades para mí
¿Y entonces quieres decir que para ti escribir es como un orgasmo?
Hice una pausa, respiré profundo y aclaré:
Hace meses que solo tengo orgasmos masturbándome
Es cierto, me gusta hacer el amor
Pero no me gusta hacerlo sin preservativo
Se me acabaron anoche todos
Y no tenemos uno ahora, solo espermicidas
Y no me gusta hacer el amor con espermicidas.
¿Y por eso me ignoras?
No te ignoro, pero parece que no te das cuenta que me llena el escribir
¿Y no harás nada conmigo?
Si me vas a venir con apuros, entonces pensaré que a la primera me serás infiel
Mejor me marcho, te he hablado de cosas que son importantes para mí
Pero veo que en vez de hacerme el amor, lo estás escribiendo
Quizás a otras personas les parezca interesante esta cháchara, ¿no crees?
Creo que no te excito  lo suficiente,
¿Has conocido muchachas más bonitas que yo?
¡Eso es seguro!
¿Te quieres calmar?, mira que puedes ir a la ducha para darte con el agua helada
No, no y no, se me ocurre algo mejor para tus escritos
¿Y se puede saber qué se te ha ocurrido?
Pues masturbarme mientras escribes,
¿Te excita ver a un Escritor escribiendo sobre lo que me dices?
Me excita saber que no eres fácil y que puedo masturbarme viéndote
Sin que te molestes.
Sigue entonces con ello
Que aún me falta mucho por escribir.

Julio Mauricio Pacheco Polanco
Poeta

Todos los Derechos Reservados para
Julio Mauricio Pacheco Polanco


Comentarios

Entradas populares de este blog

MANUAL PARA NO DESPERDICIAR LAS NOCHES

EL POEMA QUE HONRÓ AL MUNDO

EL CORAZÓN QUE VOLVIÓ A SU DUEÑO