EL JURAMENTO A GUTENBERG
Así los primeros herejes buscaron la sabiduría
Dos soles en el firmamento por donde quedaba el centro del
mundo
Y la noche de Núremberg cuando el hombre solo miraba hacia
arriba
O cuando las líneas de Nazca no significaron nada para los
españoles.
El misterio de la piedra era como el de la espada y su
dominio
Del silencio se podía decir que los niños genios tocaban los
clavicordios
Y en las abadías, los amanuenses quemaban los libros del
conocimiento perdido.
De la China el papel entregó al poema la inmortalidad
Dicen que los versos se forzaron magníficos y ya nada podía
ser añadido,
Así, como en la antigua Grecia, cuando los esclavos en los
banquetes
Declamaban libros enteros para los festejados
Alguien pensó que era necesario ser fiel a los
acontecimientos,
Así, los hijos de Juan Pacheco, por ejemplo, fundaron la
Real Academia
Mientras que la Tierra se abría a nuevos horizontes
Y el mundo dejaba de ser lo que en el Monte de Judá se pensó
Para asombro de los estudiosos de los Profetas Bíblicos
O lo que se acostumbre por los ultra ortodoxos hasta hoy,
Y fue una esfera como los vientres preñados a sugerencia de
Isabel la Católica
Cuando un hombre hizo el amor con una mujer, en El Nuevo
mundo
Aprendiendo así a amarse entre lenguas de esta parte y del
Viejo Mundo.
Sin embargo, con el transcurrir de nuevas Lunas
Alguien pensó que era buena la ficción sin sujetarse a los
hechos
Hasta perdernos en la confusión de los sucesos inventados y
la fantasía.
Así, un día, alguien utilizó la retórica para demostrar lo inverosímil
Y nuevas leyendas señalaron nuestros orígenes
Hasta en el rigor de los números, solo accesibles a los
eruditos
A quienes nunca se les ha entendido nada,
No por ello, deja de ser majestuoso el atardecer lleno de
preguntas
O el libro que se abre para innumerables interpretaciones
Si acaso sea la edad un óbice de entendimiento
O los años, un enredo de vivencias donde todo es recuerdo
impreciso.
Porque si falte en algo a lo que se sabe
Se hizo un juramento antes del primer libro
Sin que nunca se falte a la verdad en lo escrito
Y así ha pasado el tiempo hasta esta Luna
Donde cualquiera dice ser Poeta o Escritor
Si es que el papel aguante todo, si es que el que escriba
No se ajuste al juramento de Gutenberg
Cuando el libro era algo sagrado, hojas llenas de saber
milenario
Que cuando fueran consultadas, en el ritual de los aprendices
y los sabios
Uno se remontase a los hechos, sin temer a las patrañas
Y los intereses de por medio, cuando se escribe cualquier
cosa
Y los que lo hacen, falten a la causa de los libros
Sea para lanzar bombas desde Palestina
O para engañar al joven lector, malogrando el credo
Panfletando la historia, sea dicho con propiedad,
Porque los libros están allí, pero ya no hay autores ni
Poetas
Solo escribidores sin aporte, escribidores sin rituales
superados
Páginas desperdiciadas que solo sirven para espantar a los
ávidos de saber.
Julio Mauricio Pacheco Polanco
Escritor
Todos los Derechos Reservados para
Julio Mauricio Pacheco Polanco
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