LA SUPER LUNA DE SANGRE DEL LOBO SOLITARIO






Ya a mis 47 años había pedido a los astros con suma sabiduría
Por saber que he sido oído
Cuidando del verbo a ser usado como las consecuencias de
Mi voluntad ante el destino.
En la soledad de la calle
A media noche
Sin tener a nadie a mi lado
Esperaba a la Luna de Sangre sin saber que era del Lobo
Y ya enterado en el saber esotérico de los viejos maestros
Medité sobre qué deseo pedir con sabiduría
Que en su momento, cuando viera La Estrella de David
En la certeza de saber que Dios existe
Fue por ello que al hacer el conjuro
Sé que he de ser oído
Y, en mi aprendizaje, no pedí ser un mesías
Un salvador del mundo, porque no hallé en mis 47 años
Hombre bueno que mereciera ser salvado
Si acaso entre todas las profecías,
Los anuncios son nefastos donde La Luna de Sangre se viera
Y pensé, ¿Qué Nuestro Señor mejore el mundo?
¿Pero acaso yo alcancé en mi poco saber alguna respuesta?
Si cuando intercedí por salvar una vida solo tragedias en contra mía obtuve
¿Cómo podía pedir que se salvara al mundo sin temer más tragedias para mí?
¿No quise salvar al mundo y fui humillado y vulnerado en mi justicia?
Y en La Soledad del Lobo, medité y pensé
¿Erradicar del mundo el dinero para que vivamos en paz?
¿Pero acaso entregaba yo a Dios una respuesta?
Porque hace años escribo sobre ancianos sabios que deben tenerlas
Pero nunca se manifiestan y no sé de sus propósitos
Por tanto, no pude pedir ello sin temer por mi integridad
Y en mi soledad humillada, solo un amigo estuvo presente a distancia
Hablándome desde un celular
Desde el miedo de la soledad de la calle
Y lo que simboliza la Luna de Sangre, lo que anuncia
Así que supe qué pedir sin dar detalles de mi plegaria que ha de ser oída
A pesar de ya saber todo lo que debo saber
Y del destino que me debía esperar
Y de esto no diré más nada
Cuando fue La Luna de Sangre del Lobo Solitario
El que ya no pidió nada por el mundo
Desde mi sabiduría, en mis 47 años.


Julio Mauricio Pacheco Polanco
Poeta
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Julio Mauricio Pacheco Polanco

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