CUANDO LAS MUJERES DEJAN DE SER RUBIAS






Las muchachas peligrosas, las capaces de generar conflictos y disputas intensas, desorden, caos y hasta guerras, conscientes de su poder, no solo se les reconoce por su cuerpo escultural y diferencia ante las demás, además usan el cabello extremadamente claro, como una seria advertencia a lo que representan: no solo una belleza difícil de controlar, poseen también todo un conocimiento que viene de familia, desde el que se les ha educado para competir agresivamente con las demás, señaladas para ser las reinas, las que dominen en su contexto, intocables como dominantes, de inteligencia superior y con influencia en los hombres con mucho poder.
Las rubias pues no son tontas como nos hicieron pensar o creer, detrás de las habilidades o la astucia, la personalidad es indescifrable cuando se les llega a conocer profundamente y, ante los ojos de los tontos que anhelan tenerlas, que creen que el sexo es el primer paso para saber del amor con ellas, ignoran de la frialdad y las felonías cuando se debe usar a uno u otro con fines específicos, sin remordimiento ni pena alguna.
En alguna época de la historia, las trabajadoras sexuales eran rubias, pero esto generó un rechazo  como condena por parte de las rubias naturales, las que no necesitaron de tintes para entronarse como las reinas, por ello, tuvieron que teñirse el cabello de rojo para ser reconocidas en un oficio donde se maneja mucha información y éstas se prestan para tareas complicadas donde se hace necesarias todas las artes de la mentira, la manipulación, el engaño y todas las mañas necesarias desde brujerías y pócimas para el control total del hombre fuerte, lleno de poder y puesto en la mira de los incomodados, desde grandes mercados donde se mueven capitales considerables, Estados, o ejércitos mismos.
Apenas la mujer morena pasa desapercibida y con certeza, carente de sabiduría o conocimiento propio de las dos mujeres antes mencionadas, porque cuando en una reunión de sociedad, aparece una mujer excepcionalmente bella que a los 5 segundos demuestra el peligro que ostenta, es cuando nosotros los varones arrebatados en nuestras pasiones y lo que simboliza el poder de tener una mujer con estas características, necesarias para alcanzar cimas más altas en todos los planos, sean económicos, políticos y sociales, se ha dado por aceptado el poder de quien siendo bella, no es pues una rubia de cabaret sino una mujer de inteligencia refinada y preparada paras elegir al que ella quiera sin considerar en esto sentimiento alguno o el costo que ocasione desde la pérdida de vidas humanas o el quiebre de transnacionales.
Dicho con propiedad, estas mujeres rubias no son un adorno sino un arsenal de estrategias para alcanzar el éxito. Naturalmente, los varones quedarán desplazados de inmediato ante el pedido del que ejerce el poder quien por cierto no es un desconocedor de las virtudes y mañas elegantes de estas rubias, porque la atracción no solo es intensa, además sus sabidurías son propias de 10,000 noches de placer al cual no se le puede decir no y, no una simple aventura que será olvidada si acaso mencionada, porque el placer de estas rubias irresistibles tienen la seria adverencia de ceder a sentimientos y pasiones de los cuales no hay garantía de retorno, por más sabio que sea el varón que ejerza el poder.
Las muchachas peligrosas, he conocido tantas muchachas peligrosas de rubio, convencidas que podían a voluntad ordenar entre cientos o miles de varones no por vanidad sino por convicciones, intereses o ambiciones familiares, son tantas las que he tenido bajo mi poder y tantas a las que he visto en su derrota dejar de ser rubias para volver a ser morenas, si en el apogeo y esplendor de la belleza como inteligencia, comprendieron que la tiranía de sus bellezas entre las lides por el poder, obligadamente tuvieron que sacar del camino a las nuevas aspirantes, cada vez más sabias o preparadas para todo tipo de rigor y enfrentamiento por ser las reinas, me ha hecho concluir que el que sean peligrosas no las ha librado que ahora sean lesbianas o alcohólicas, drogadictas o solitarias defensoras de los animales, porque el peligro que ellas implicaban también significó estar en peligro, cayendo en éste, entre crímenes, penas de cárcel por corrupción y otros delitos como suicidios y la pérdida de la fe en el ser humano como en el amor, hasta volver a ser morenas, porque sin duda, en esa gran brega por llegar a la cima, otras han de desplazarlas por Ley natural, renunciando a ser rubias y quedarse con el cabello moreno, como evidencia de lo que se fue y lo que se es ahora.
Naturalmente, no todas se atreverían a ser rubias en sociedad, porque así como en 5 segundos toman el poder, en esos mismos 5 segundos, el hedor es intenso como la deshonra y tragedia, como es esta brevedad donde solo los sabios son felices, porque viven en soledad y les han hecho creer que la vida es hermosa de esa manera, cosa que no niego, pero más allá de las montañas, donde está el mundo de nosotros los hombres, hay luchas diferentes y reales, como crueles y despiadadas.

Julio Mauricio Pacheco Polanco
Escritor
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Julio Mauricio Pacheco Polanco


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