EL APOCALIPSIS






Porque llegado ese día, los celulares no funcionarán, ni las redes sociales ni las señales exclusivas de televisión, tampoco las radios que emiten música o toda señal satelital que comunique a las personas dentro del planeta.
Y es que el ser humano en algo más de 20 años y toda una generación, se acostumbró al Facebook, whatsapp y cuanto medio de comunicación hay que no podrá soportarlo, ya que dentro del nuevo orden, así como en su momento, fue incendiada la Biblioteca de Alejandría que según entendidos, contaba con algo de 800,000 manuscritos en donde estaba todo el saber humano, si es que de esa manera son los navegadores como Google en donde está todo a nuestro alcance, desde videos informativos como YouTube o los videos porno tanto para varones o mujeres, sea desde diarios desde la web hasta todo tipo de literatura, abarcando las señales de televisión de cable donde se puede ver todo tipo de series, desde las policíales hasta las de animales o reportajes de nuestra Historia, todo, todo dentro de los planes del nuevo orden mundial, se ajustó a un ser humano dependiente de una tecnología que desaparecerá de la noche a la mañana, en un solo instante, dejando en zozobra a varones y mujeres, quienes dependientes de los celulares, no sabrán qué hacer en ese momento, porque estarán desconectados del mundo virtual para verse así mismos a tal punto de enloquecer, desesperarse, por no poder soportar lo inevitable: el escucharse a sí mismos o el peor de sus temores: saberse en silencio, sin comunicación, sin poder tener a la mano todo lo que brinda la tecnología.
Y ese será el final de una era que enfrentará al hombre con el hombre, porque si se usó las computadoras para abreviar los procesos en los estudios y, se hizo uso de la tecnología para hacer más rápidos todo tipo de trabajo en la industria, hará colapsar un mundo que no necesitará de bombas nucleares ni guerras para su autodestrucción ya que el hastío vencerá y, el ser humano tendrá que enfrentarse al tiempo, a lo largo de los días segundo a segundo, desde donde comprenderán que nunca habían dialogado entre sí y que en su reaccionar, comprenderán que vivieron dependientes de algo que ha desaparecido, para dar inicio, a otro tipo de vida, desde el que la existencia sea diferente, si es que no nos terminamos por matar los unos a los otros ante el desquicio de no contar con un celular a la mano que les comunique con toda la información que hay en la web, solo comparable a la gran Biblioteca de Alejandría.
¿Podrán las personas soportarse a sí mismas sin música o los celulares, sin cable o señales de televisión?
No tengo más nada qué decir, el final ha sido anunciado, solo piensen un momento, qué harían ustedes sin estos beneficios de la tecnología, digamos, unos 10 minutos o una hora o un día o toda la vida, si es que pensaron que la tecnología sería para siempre.
Así será el final y, la memoria del ser humano apenas recordará como algo anecdótico el haber usado celulares o redes sociales o, utilizado las computadoras para abreviarse los trabajos sean desde las fábricas o la misma NASA.
Todos volveremos a la era de las cavernas por decirlo de alguna forma, si es que ya tienen en sus manos a los 7,000 millones de habitantes, dependiendo de un celular, del internet y de los programas que se usan desde las fábricas o transnacionales.
Y en esto nada tendrá que ver ni El Bien ni El Mal o cualquier otra presencia. Solo piensen en personas incapaces de comunicarse entre sí, porque nunca estuvieron acostumbradas a ello, salvo solo, a depender de sus celulares y las redes sociales.

Julio Mauricio Pacheco Polanco
Escritor
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Julio Mauricio Pacheco Polanco

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