LA CONCEPCIÓN ES UN ORGASMO INEVITABLE, POR ESO PERDURA LA FAMILIA HUMANA
Sea bueno o malo el cómo el mundo
va, el orgasmo más intenso en la mujer es dominado por su organismo, por las
hormonas que gobiernan su organismo y las hace ver muy bellas, sexys y con
deseos imposibles de ser controlados. En los días que están más fértiles, el
ánimo de la mujer cambia, su piel se hace más lozana, su belleza es
perturbadora y sus deseos de hacer el amor no se pueden reprimir y, esto no es
por lujuria, es porque somos humanos y la familia humana sigue existiendo en el
planeta porque ante estos instintos atávicos nada se puede hacer.
El sexo es inevitable. Las mujeres
tienen un orgasmo superlativo cuando en su día más fértil tienen un coito a
sabiendas que van a resultar embarazadas. Esa es la condición de la mujer que
está en edad de procrearse y es una Ley. Por eso el ser humano sigue existiendo
en este mundo y seguirá existiendo, más allá del conflicto que esto genera en
las mujeres que son una negación de sí mismas, de su naturaleza, de negarse a ser
madres muy al hecho que todo argumento intelectual es inútil ante esta
inevitable condición de la mujer en sus días más fértiles. Allí no existe la
voluntad, existe el deseo de concebir. ¿A esto le llamamos ser femeninas? Pues sí,
al hecho de aceptar su condición y estar preparadas y guiadas por los hombres y
mujeres sabios que saben de este inevitable acontecimiento que marca un antes y
un después en la mujer como en el hombre.
Por ello, es importante informar,
educar, ilustrar apenas se esté en edad de procrear, cómo evitar
los embarazos no deseados. Entonces, ¿qué hacer?, ¿encerrar a la púber en la
habitación bajo 4 llaves para que no ceda a las leyes biológicas de su
organismo?, ¿enseñarle con qué remedios hacer que la regla baje para no
proseguir con el embarazo?, ¿ello implica que tenga libertad para ser
promiscua?, ¿el sexo se puede controlar?, ¿el varón tendrá dominio de sí para
en el momento de la pasión controlar el impulso de sacarse el preservativo para
eyacular sin éste dentro de la muchacha?
La familia humana existe porque
es inevitable que se reproduzca, de lo contrario habríamos desaparecido del
planeta hace siglos a voluntad. El placer domina al varón como a la mujer y el
instinto es superior al momento de tener el coito, allí no hay lucidez ni razón
que apele a la sensatez o el dominio del hombre o la mujer y no hay nadie en
este mundo que pueda dar un testimonio único y diferente.
Entonces volvemos al discurso que
diera en el 2005 luego de la publicación de mi segundo opúsculo, Los Cantos de la Maldición, aquí en la
ciudad de Arequipa: “Hace falta una nueva verdad para el ser humano”, porque
suena linda la idea del amor romántico y de la poesía que enamora así sea cursi
o las flores o los gases que se liberan y que cándidamente le llamamos: sentir
mariposas en el estómago.
Porque hay otra verdad mayor: la
pasión con una misma muchacha se acaba, no dura para siempre, si acaso estoy
hablando de la infidelidad que termina en perder la fe en el ser que se amó, si
es que esto tiene relación con el sexo y con la autoestima. Los conflictos que
parten de los celos solo ocasionan feminicidios y, la mujer que es infiel,
acude constantemente donde un sacerdote para expiar sus culpas, si es que no va
donde un terapeuta para tratar de entender qué fue lo que pasó.
Dicen que sobre el sexo nada
nuevo se ha escrito y, puede que sea verdad en la medida de lo que fue guardado
celosamente como un secreto en relación al conocimiento que tienen las mujeres
sobre sus días fértiles y la decisión personal de ser ellas las que decidan ser
madres sin que el varón pueda decidir. Ahora eso ya no puede ser posible porque
en mis escritos he revelado que la mujer conoce su periodo y sabe en qué días
inevitablemente resultará embarazada. ¿Qué hacer pues?, porque sé de mujeres
que se han tirado de muros de más de 5 metros de altura por salir de sus casas,
para caer en los brazos de sus hombres, solo, ¿por amor?, o por lo que en
realidad los une en ese momento: la pasión o el deseo sexual incontrolable.
¿Es inevitable que se pierda la
razón para que la familia humana siga existiendo en el planeta?, porque cuando
me refiero a perder la razón, me refiero a la incapacidad para resistirse ante
un inminente embarazo.
Lo cierto es que lo inmediato a
hacer es informar al púber qué debe hacer para no tener embarazos no deseados,
si acaso en cada ser humano esto es diferente y no se puede aplicar como norma
generalizada, de lo contrario, todos seríamos padres de familia a partir de los
11 años que es la edad promedio en la que varones como mujeres estamos ya aptos
para concebir hijos.
¿De qué escribieron entonces los
Escritores y Filósofos si todo parte del sexo como condición que nos define
como humanos, eso llamado: condición humana, la condición con la que vivimos
para que se perpetúe la familia humana?
El sexo es una experiencia
inevitable para todos, sea tarde o temprano y, esto no es un juego, puede
destruir personas de por vida, con todos los conflictos psicológicos que ello
implique, porque un hijo o hija cambia radicalmente la vida de una mujer y un
hombre hasta que mueran, los mantendrá unidos sea en el odio o en
responsabilidades, propagando en consecuencia efectos a los cuales se les llama:
“destino” si es que las condiciones del que ha nacido son diferentes a las de
los que nacen de un matrimonio consolidado y aceptado por la sociedad. Porque los
tiempos no han cambiado y volvemos al problema de la economía y las libertades
que otorga a los felices o que pueden dar una mejor calidad de vida a los hijos
tenidos.
Concluyendo: la persona y,
digo persona porque ya puede concebir y ya debe ser tratada como persona, debe
forzosamente entender y saber de todas las maneras que hay para evitar los
embarazos no deseados, si acaso el varón en el instante del clímax se quite el
preservativo para eyacular dentro de la mujer y ésta, en vez de inducir el
menstruo con todos los remedios que hay al alcance que deben enseñárseles,
decide tener un hijo o hija por infinita cantidad de razones muy relacionadas
con su vivencia.
Porque el problema es que ahora
las mujeres están conflictuadas con su género y la negación de ser madres, más
allá de querer luchar por el derecho a abortar, cuando en realidad, desde los orígenes
de los tiempos, ya se sabía cómo hacerlo con remedios propios de la sabiduría
femenina y se entienda, el instinto de ser madres es superior a cualquier
discurso feminista, si acaso haya algunas que aborten constantemente y solo
tengan sexo por placer y, encima escriban El Segundo Sexo como Simone de
Beauvoir para confundir tanto a varones como mujeres en torno a la
menstruación, dando información malintencionada y deliberada, siendo entiendo
yo, el libro, una defensa a su derecho de ejercer su sexualidad de no tener
hijos, mas no un aporte al cual haya que considerar como una Biblia a seguir,
porque ella se negó a ser madre y así no debe ser la voluntad de todas las
mujeres, si acaso sí deben estar enteradas de cómo evitar los embarazos no
deseados, hasta que tanto el varón como la mujer, estén preparados no solo
económicamente para afrontar la paternidad sino, también emocionalmente, si
acaso sepan que se van a perder los papeles cada vez que un bebé llore, dos
bebés lloren, tres bebés lloren y se tenga que lidiar con ello todo el día y la
noche, añadiendo las labores del trabajo y los compromisos sociales si es que
hubieran y, la responsabilidad asumida a consciencia de lo que significa ser
una pareja de esposos, tentados u expuestos a la infidelidad o al fracaso y a las
experiencias desde donde se es infeliz de por vida, donde el concepto que se
tenga del varón o de la mujer, o de Dios o del mundo, sea totalmente pesimista.
Julio Mauricio Pacheco Polanco
Escritor
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Julio Mauricio Pacheco Polanco
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