DEL CAMINO ENCONTRADO






Y mis manos se posicionaron sobre el teclado para escribir
-¿puede convivir con todas esas imágenes en su memoria?-
Hace apenas fue ayer y sé qué debo evitar para no tocar al tiempo
-¿el tiempo tiene puertas que conducen a muchas vivencias, lo sabes, no lector?-
Mis brazos están limpios, son los brazos de un hombre de 47 años
-¿dónde queda ese camino que nadie puede ver salvo él?-
Lo que he hallado es lo que busqué desde antes de aprender a llorar
Esos ideogramas incomprensibles no dicen nada diferente a lo que pienso
Ya hace siglos otros hombres en su saber lo escribieron de otras formas
-¿qué misterio es ese de alguien que está en paz y halla gozo en lo que no hallamos nosotros?-
Sentarse a escribir a cualquier hora del día sin tener que soportar a nadie
-¿sabes que no me agrada ser interrumpido cuando escribo?-
Y cuando sus ojos alcanzan la claridad del cielo parecen entenderlo todo
-rechacé lo enfermo a voluntad, mi caravana la he empezado solo-
No desistirá en recordarnos que hay otra forma de vivir
Y mis manos se posicionan sobre el teclado y es así que yo propongo
-¿tendría que convencer a las demás personas de lo que sé?-
No es preciso ser entendido ni tampoco debe ser un deber ello
Los que buscaron la paz saben a qué me refiero
-¿al abrir un libro, qué es lo que buscamos o esperamos?-
-alguien dijo que los libros están llenos de vivencias que los hombres sabios llaman: errores-
No es necesario buscar señales diferentes para saber dónde se está
Y mis manos escriben sobre el teclado
-¿siguen compitiendo dentro del mundo para saber quiénes son?-
El éxito no es esa cosa que deban reconocerla los demás
Después de todo hay algo que no cesa y son los pensamientos
-¿los controlas a voluntad como yo a mis escritos?-
Donde estoy no hay espacio para nadie más
Y sé que no debería ser de igual manera para con todos
¿No son las interrogantes el imperio desde donde cuestiono?
Si acaso está prohibido cuestionar en otras partes del mundo
Porque están bajo el estigma de la obediencia
Y en mi camino eso no existe, si es que hablamos de lo que corrompe el espíritu.

Julio Mauricio Pacheco Polanco
Escritor
Todos los Derechos Reservados para
Julio Mauricio Pacheco Polanco


Comentarios

Entradas populares de este blog

MANUAL PARA NO DESPERDICIAR LAS NOCHES

EL POEMA QUE HONRÓ AL MUNDO

EL CORAZÓN QUE VOLVIÓ A SU DUEÑO