YO SÍ SÉ QUÉ HAGO AQUÍ
El hombre que no podía parar de escribir dejó una sentencia
que pocos entendieron
“No hagas nada en contra de tu voluntad, solo haz lo que
sientes”
Pero nadie tenía por qué escucharle
Apenas las personas podían estar en pie
Obedeciendo lo que sus consciencias les repetían debían hacer
Aunque lo curioso en todo esto es que no tenían dominio
sobre sus pensamientos
Y esto lo entendió bien el hombre que no puede parar de
escribir
Y pensó en la falta de un sentido para todo, ¡al menos para
algo!
Eso de no vivir en vano, pero vamos, la gente anda más
ocupada en otras vidas
¿Alguien tiene vida propia en medio de un mar de personas
que naufragaron?
Y le pareció ver a las personas abandonadas en una isla
Sentados frente a un hermoso mar del cual maldecían
constantemente
El hombre que no para de escribir no quiso escribir una
Biblia para ellos
Mucho menos ser un Profeta, ¿perder el tiempo con personas
que no quieren nada?
Es que esa era su conclusión, no el que no quieran nada, el
no saber qué querer
Porque en una y otra parte, le resultó extraño encontrar a
alguien auténtico o libre
¿Es usted la persona libre que sabe a dónde va?
¿Es usted el hombre feliz que está lleno de sí mismo y puede
enseñarme cosas maravillosas?
¿Es usted la mujer que no le pesa ser mujer ni reniega de su
condición?
¿Por dónde se transita para tener un panorama donde las
personas no se repitan?
El hombre que escribe de manera incesante pensó que hacer el
amor era
La mejor forma de evadirse de estos cuestionamientos
Pero percató que las personas tienen prohibido cuestionar
¿Hay alguien que siga un camino diferente y no sea
desdichado o infeliz?
¿Quién dijo que los diferentes tenían que ser mártires en
una cruz?
¿Qué enseñanzas enfermas son esas de las que nadie quiere
saber?
El hombre que escribe sin detenerse decidió seguir en su
empeño
El universo en sus manos tenía un sentido inusitado
Y ello era algo que nadie soportaba, porque este es un mundo
donde nadie
Nadie ha conocido la libertad y en su amargura acusan a la
felicidad como algo necio
Y así escribió el hombre que hace realidad su propósito y no
puede parar de escribir.
Julio Mauricio Pacheco Polanco
Escritor
Todos los Derechos Reservados para
Julio Mauricio Pacheco Polanco
Comentarios