LA MUCHACHA QUE SE ASEMEJA AL SÍMBOLO
No saben las personas qué hay en un hotel de citas
Palabras frías llenas de pasión,
¿Es todo acaso sexo?
Mauricio, me dijo el amigo, ahora tu deber es descubrir qué
es la ternura
Porque de lo mundano nos hemos llenado todos
Pero de esos placeres sabes que nada queda
¿Puede un orgasmo o cientos de orgasmos calmar las voces
mudas?
Sabes que no, sabes que cuando llega la noche
Vuelves tras tus escritos buscando la emoción perdida.
-ella quería conocer a una meretriz para querer entenderla-
-esas guerreras de la noche que disfrutan del sexo alguna
vez me dijeron:
Si tuvieras corazón, no te haríamos el amor-
-pero el hecho es que tengo corazón y, sé que no debo
mostrarlo jamás-
¿Entonces, por qué escribes “bondad” a cada momento?
Ah, las palabras, las palabras tienen ese efecto: “bondad”
Escribir “bondad” es recordar cómo debemos ser con las demás
personas
¿Y la bondad se relaciona con el amor?
-la muchacha de 23 años quiere saber cómo es el mundo de las
meretrices-
-ha entendido qué es ser mujer a su temprana edad-
Y sin embargo ya lo ha vivido todo
¿Qué es todo para su corta edad?
¿Se pueden medir las experiencias con el tiempo?
-a veces llega todo de golpe y te dices: ¡basta!, los
ángeles no son de este mundo-
-y algunas muchachas tienen ese don antes de perder sus
alas-
Es que no me recuerda a ninguna podría escribir
¿Qué define una personalidad?-las características son un
símbolo-
¿Ella entonces es un poema?
O es un derrotero que llenará de páginas hasta explicar lo
que aún no entiende
-el símbolo, ¿puede alguien asemejarse a lo que es un símbolo?-
-no la conoces, ella tampoco ha llegado a conocerse y lo
sabe-
Creo que es un símbolo que segundo a segundo espera a las
palabras
Para definirse, si es que las demás muchachas saben a dónde
van
O qué quieren de la vida.
Julio Mauricio Pacheco Polanco
Escritor
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Julio Mauricio Pacheco Polanco
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