LAS VECES EN QUE NO PODEMOS DORMIR
Ya te lo dijo todo y piensas, ¿qué más me quedará para otros
amores?
Esos caminos de la perversión son curados con bebés o la
aberración total
-citas al psiquiatra y pastillas para tratar de dormir-
-unas líneas de cocaína para esnifar y crees que eres otra
vez invencible-
Me dices que hace tiempo la gente se está comparando
Que el color de los ojos a la talla o los apellidos
Quizás una canción con una sabiduría inédita y que guste
-te rompiste anoche la cabeza tratando de escribir algo que
sea bueno-
-entre leer o hacer el amor nadie duda qué hacer-
O quizás aún hay personas con ánimos para leer después de un largo día
¿Sabes que la gente padece secretamente de locura?
Esas cervezas ya no logran reanimarte
-al mirarte en el espejo sabes que ya no se puede
retroceder-
He hizo lo que le dio la gana la mujer rubia de ojos claros
-sabía que no todo el tiempo tendría 15 años-
-se puso pantalones ajustados de cuero y mandó todo al
carajo en las noches de la ciudad-
¿Y a quién le importa con quien haces el amor o si tu vagina
es fría?
Todos sabemos que los que conversan sobre los demás ya no
tienen nada que decir
Por supuesto que hay diferentes, pero están en otra parte
-el libro que pretendías escribir tenía 1,000 hojas con un
solo renglón-
¿Es que no tengo nada qué decir?, pensabas mientras veías tu
vida pasar
Te sentabas todas las tardes para la hora del té
Y mirabas tus fotos cuando eras la muchacha peligrosa
La que fue dueña de muchos corazones y ahora todo es
silencio
Mira que me confesaste ello una tarde triste cuando viste
que no te amaría
Solo querías un café en un lugar público y hacer notar que aún
eras sexy
Que podías tener a tu atención a hombres jóvenes y guapos
Y me dijiste que parecía un sueño y que no lo ibas a
soportar y sufrirías
-ella sigue pensando en mí y no puede dormir, se pregunta
qué pudo ser mejor-
Y sabes que la estrella donde el cielo es intenso volverá a
aparecer
Y ya no será más para ti
-solo el clítoris y cada vez menos gente de tu generación-
-el hombre me confesó que no reconoció su tierra, que toda
la gente era desconocida-
¿Te hablaron de esa forma de la soledad?
-si tan solo todos pudieran escribir-
Me dices que es tan fácil desde mi condición: un hombre libre que no se enamora
Sin nietos o hijos en problemas,
Y con todo el tiempo para esto: escribir.
Julio Mauricio Pacheco Polanco
Escritor
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Julio Mauricio Pacheco Polanco
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