EL FINAL TIENE MI NOMBRE






Ya hace tiempo las nórdicas cantaron para mí
Días en los que fui exorcizado y en mis pasos la sed que no cesa pedía más mujeres
-soy un hombre libre que no necesita a nadie-
He visto tantas veces los ojos más hermosos pidiendo solo amor
Mis manos han encerrado muchos corazones antes del orgasmo
Antes que las olvidara y volviera tras mis pasos por más placer
-sé de otras formas para amar y eso no entienden los tontos-
¿Puede la ciudad retenerme cuando estoy muy lejano detrás de las estrellas?
No hay muchacha en este mundo que pueda tocar mi corazón
He conocido a las mejores y de ello puedo jactarme
Esos labios querían retenerme pero mi instinto es animal
Y entre la luna y los días nuevos, he sabido de las muchachas que nunca acaban
Ojos celestes, azules, verdes, grises, negros, marrones y amarillos
Cabelleras rubias, pelirrojas, negras y grises
Altas,  bajas, de mi talla y superiores a ella
De muchas lenguas, ensoñadas en mi afán de escribir
Apenas me han pedido que no las olvide en mis escritos
Ya hace tiempo las mejores muchachas del mundo cantaron para mí
Y en mi despertar de noches solitarias he sonreído en el recuerdo de los orgasmos
Lesbianas que se han sentido hembras conmigo
Vírgenes que han orado por mí y mujeres de mundo que han llorado por ser imposible
Y así niego mi simiente, no quiero los rituales que he vencido para mi prole
Porque atraigo el peligro, celos y envidias, traiciones como lealtades totales
Y nada he creído cuando he sido amado a pesar de las entregas definitivas
47 años para reírme en plena noche y no necesitar a nadie
Endurecido por la ciudad, soy incapaz de decir con sinceridad que he amado
La mejor de las mujeres solo significa para mí placer, no sentimientos
Y debe ceder el paso para las siguientes porque es mi voluntad
¿Sabe qué cantan para mí aún las muchachas que no descifran mi misterio?
-los corazones palpitan en plena e inútil plegaria-
No he de aparecer en la noche de los elegidos
Sentado escribo mientras la sangre vertida en los mares me reclama
Sé que soy el último que queda
Por ello no seré entendido
Mientras prendo un  cigarro
Y pruebo de mi zumo de limón.

Julio Mauricio Pacheco Polanco
Escritor
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Julio Mauricio Pacheco Polanco



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