LOS DÍAS DE LA SEMANA






Lunes, 22 años, una hora de sexo, la misma tarifa
Martes, 27 años, una hora de sexo, la misma tarifa
Miércoles, 21 años, una hora de sexo, la misma tarifa
Jueves, 25 años, una hora de sexo, la misma tarifa
Viernes 20 años, una hora de sexo, la misma tarifa
Sábado, 30 años, una hora de sexo, la misma tarifa
Domingo, ir a misa, luego masturbarse y descansar.
¿Alcohol?, no gracias, me da asco
¿Drogas?, no gracias, no las necesito
¿Amistades?, para qué, con tanta dopamina segregada estoy muy bien
¿Enamorarse?, ¿quién lo haría habiendo tantas muchachas?
Y después me siento a la puerta de mi apartamento
Escucho rock de los ochentas mientras pienso
El cielo celeste de la ciudad me agrada
En realidad me agradaría cualquier cielo de cualquier ciudad
-siempre hay un taxista que sabe dónde están esas muchachas-
Leo un poema y  cierro el libro, (al poeta le faltó vivir más)
Suave quietud para mí, prendo un cigarro
Y dejo que las horas pasen
Así sí es agradable vivir
-nunca dije a mis lectores qué deben hacer con sus vidas-
-mucho menos recomiendo mi estilo de vida-
Sin embargo puedo afirmar que el mejor invento del mundo fue el látex forte
Y que no hay muchacha que me haga cambiar de parecer
Porque cada domingo espero el lunes
Como el sentarme en la puerta de mi apartamento
Para cerrar otro libro y decir (le faltó vivir al escritor)
O quizá se enamoró de su tragedia.

Julio Mauricio Pacheco Polanco
Escritor
Todos los Derechos Reservados para
Julio Mauricio Pacheco Polanco






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