EL MUCHACHO DE 17 AÑOS QUE EMPEZÓ A ESCRIBIR FRENTE AL MAR






A mis 18 años ya escribía hasta el exceso
Lo primero que hacia al retornar esas noches
Luego de haber pasado todo el día en la Biblioteca
Era cenar apurado para ir a mi habitación
Poner la Remington en su lugar
Colocar una hoja en blanco
Y escribir, escribir con tanta furia
Que se terminaban por romper las teclas de la máquina
Y escribía, ¿supe hacer algo mejor toda mi vida?
Porque ahora tengo casi 48 años y sigo escribiendo
Lleno de vida, experiencias vitales y mundo
Con lo que se necesita saber para sentarse a escribir
Lleno de historias y acontecimientos donde me supe definitivamente
Y así era como me pensaba cuando paseaba por las calles de esta ciudad
Con libros publicados y con personas de diferentes partes del mundo leyéndome
Porque podrían otros decir que el tiempo pasó rápido
Mas puedo decir que no fue así
Cada día tuvo un significado
Y cada hora fue una línea escrita
Desde una novela, un relato o un poema
Porque cigarros tras cigarros
El ritual era sagrado: tener en mis manos los libros de la Biblioteca
Y esperanzarme en que algún día tuviera en mis manos mis propios libros
Y así fue, como el poemario que llevaba a todas partes
Un poemario artesanal allá por 1989
Que lo mostraba apenas me presentaba a alguien y decía: soy Poeta
Éste es mi libro
Y fue desde la noche cuando descubrí que ninguna noche se parece
O que el amor con cada muchacha no es igual
Pero tampoco debe repetirse
Que hay algo que queda en el por siempre
Lo que tienes por dentro
Lo que la vida te da
Y lo que haces con ésta.
Hice libros tras libros y escritos como éste
¿Vocación? No lo creo, debe ser algo más que sentarse como ahora
Frente al ordenador y escribir
Algo debe haber en los que escribimos que diariamente lo decimos
Luego de haber abrazado causas no elegidas
O haber conocido las experiencias extremas
Que de mi sabiduría hasta este momento
Queda este escrito que se remonta casi 30 años atrás
Cuando oficialmente me proclamé Escritor
Obviando mis escritos que hacía en el colegio
Hasta aquella tarde de invierno en el balneario
Donde me di cuenta que mis gritos frente al mar no eran suficientes
Y es cuando escribí y escribí
Como lo sigo haciendo en este instante
Que también se marchará.

Julio Mauricio Pacheco Polanco
Escritor
Todos los Derechos Reservados para
Julio Mauricio Pacheco Polanco


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