ESTAMOS MÁS CERCA DEL FINAL DE LO QUE PENSAMOS
Esto ha ocurrido días después de
lo que mis ojos han podido ver. Si bien en los textos sagrados, se relaciona el
Apocalipsis con la caída del Imperio Romano o, que hubo pestes negras que
mataron millones de personas en toda Europa dentro de todas las pandemias a las
que sobrevivimos, no solo en el Primer Mundo, sino en las Américas, con la
llegada de los europeos con virus que mataron cantidades similares de personas,
lo que puedo decir es que, he visto desaparecer poblaciones enteras, dejando
desoladas ciudades cosmopolitas donde el modelo neoliberal hizo primar el
dinero como meta para demostrar la valía de las personas, sin que nada se
pudiese hacer, a plena consciencia de las personas que allí habitaron y de las
cuales solo quedan cuerpos carbonizados, que atrapados en la vorágine de la
competencia y la postmodernidad, en menos de un día, países enteros quedaron
despoblados, para quedar las calles sembradas de cuerpos hedientos destinados a
la putrefacción, si acaso los he visto en contados minutos, arder en llamas,
literalmente, como si apenas fueran cuerpos echados a brasas superiores a las
que pueda soportar cualquier ser humano, eliminando así al 90% de la población
mundial, dejando un planeta libre para quienes dentro de sus bunker a los
cuales fui llamado para ser quien escriba este siniestro suceso en nuestra
historia, sobre el cómo desapareció en menos de una hora, miles de millones de
personas, para luego ser llevadas en mares de cuerpos hacinados, hacia fosas
inmensas, dejando el mundo como un privilegio de pocos, quizá dentro de lo
planificado del nuevo orden mundial, solo para ser poblado por los que son los
ultra ricos, para así dar inicio a una nueva civilización, con nuevas normas de
convivencia y, con más espacio vital para el origen de una nueva historia,
donde otras han de ser las verdades que interpreten al universo y, otro sea el
dios al que adoremos, dentro de una sola religión mundial, con un borrón de
nuestro pasado, para que la siguiente generación al tomar consciencia de sí
misma, al ser educada, crea lo que no es, lo que esté escrito en los nuevos libros de
historia, sin enterarse jamás de lo ocurrido.
Y todo empezó con la tecnología.
En una sociedad de consumo, donde
las personas que habitaron este planeta, haciendo derroche de dineros en lujos
que atribuían un status para quienes dentro del modelo de competitividad, entre
horarios de trabajo rigurosos y la idea de ser mejor que otros, el día del que
les hablo que fue muy esperado, las tiendas de celulares vendieron en
cantidades records, celulares de 5G, sin hacer caso a lo que esta arma no
letal, pudiera ocasionar en grandes radios de alcance, por la magnitud de
ondas, capaces de cocer desde los poros de la piel de las personas, la carne de
estas mismas, para como relatara al inicio, en pocos minutos, ardieran vivas,
como si se tratara del mismo infierno, fue que observé el final de algunos
miles de años de civilización desde todas las culturas, para luego sentir el
olor a carne quemada, entre gritos y alaridos que nunca podré olvidar, para
estar en pie y, contemplar todo un planeta que deberá solo pertenecer a los
ultra ricos y, a un lavado de cerebro de las siguientes generaciones, quienes
cuestionaran lo mismo que hacemos nosotros cuando queremos entender las Pirámides
de Egipto, las Líneas de Nazca o las ciudades despobladas de los Mayas.
Porque no fue necesario propagar
un virus mortal para que las personas murieran en el mundo, ni menos hacer
desaparecer ciudades enteras con bombas nucleares. Los amos del mundo nunca
estimaron apretar un botón para desaparecer el 90% de la población mundial.
Y estoy escribiendo la historia
que debe ser escrita, después de la historia, cuando en su loca carrera de
consumismo, las personas enloquecidas, adquirieron celulares de 5G o quinta generación,
siendo lo demás lo ya narrado, cuando llegó el último día de lo que he visto.
Julio Mauricio Pacheco Polanco
Escritor
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Julio Mauricio Pacheco Polanco
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