LA FRIVOLIDAD TAMBIÉN ES UN PECADO CAPITAL
La muchacha fue descubierta en el espejo
Y contempló unos ojos grises únicos
Y entonces pensó que merecía lo mejor
-al verla pude ver todo lo que sufriría-
-ella no sabía que sus ojos no serían de ese color siempre-
-que el color de los ojos no tienen la llave de la
felicidad-
-que cuando se envejece nada queda de la belleza-
¿Puedes salvarme el día con tus ojos grises cuando todo ha
sido mierda?
Pero no, crees que lo mereces todo
Y que lo que les pase a los demás no tiene importancia.
La muchacha tiene la piel muy blanca
Y cree que toda su vida será así
-las he conocido iguales en los burdeles-
-las he conocido negras de tanto Sol en las tardes de la
desesperación-
-en las noches donde se fueron con el primer tonto por
temor a quedarse solas-
Mira que he conocido ya a tantas
¿No me hablan de lo arrepentidas que están?
Lo extraño es que no saben de qué
Quizá nunca supieron qué querían
Que más importancia tenía el traje o el peinado
O los apellidos-ja, las bobas creen que los apellidos dan
garantías-
-las que supieron a tiempo cómo apartarse de los burgueses-
-las que saben qué es un burgués que se atribuye todo para
sí-
-esos inimputables que pasan por alto a cualquiera-
La muchacha de ojos grises cree que lo merece todo
Y creo que todo el mundo se merece todo
Pero alguien debe decirles a todas las personas
Que todo eso que creemos que merecemos
No nos será concedido
¡Bah!, nadie hará caso
Entre frivolidades y osadías pasa la juventud
Hasta terminar de cometer todos los errores
Todos los errores.
Julio Mauricio Pacheco Polanco
Escritor
Todos los Derechos Reservados para
Julio Mauricio Pacheco Polanco
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