LOS AÑOS QUE PERDIMOS






Muchos libros leídos y no te das cuenta que el dinero no llega a todas las manos, que cuesta ganarlo, que le tienes que pedir permiso para amar o para pagarle a una puta. Has soñado bastante y no te das cuenta que no hay espacio para nadie más, que la calle también  se cansa de las personas que buscan con ansiedad algo, ¿alguien sabe qué?, o una ruta en la carretera, una nueva identidad, una nueva ciudad para empezar, (¿sabes que no te quieren en otras ciudades?, los foráneos incomodan apenas empiezan a hablar porque no saben qué está ocurriendo), porque con tus poemas no puedes todos los días comer cerdo sobre una mesa elegante, (esos niñitos bien que están destinados a no tener hijos y que insisten en hacer arte), mira que yo veo a varios que se arrepienten de sus erecciones y no quieren tener más sexo para no tener que aguantar la miseria en la que crecen sus niños, pero no, todo empezó con un libro y terminaron hablando de revolución y puede que tengan razón, -es una guitarra melancólica que a esta hora toca para nadie-, -¿no eres tú la muchacha que nuestros padres prometieron para que fuésemos felices?-, el ebrio apenas sabe reír o llorar mientras se pregunta qué papel debe ahora interpretar, sus dientes están sucios y entre sus encías hay hebras de carne de hace 3 días, solo tiene dinero para beber y hace tiempo que no desea volver a su casa, (hay gente que no tiene dónde retornar porque no pertenece a ningún lugar y no los veo sonreír),-esa desconfianza se aprendió en un pueblo donde todos se rieron de ti y lo supiste bien cuando nadie acudió por ti-, ¿por qué la muchacha quiere recorrer el mundo?, ella dice que es por amor, que su amor debe estar en otra parte, porque el muchacho que le promete su corazón no tiene los ojos claros y mucho menos dinero, -ella quiere tener hijos rubios de piel clara con pupilas azules mientras emana un olor a leña y alpaca, no sabe sentarse a la mesa ni sabe que las ventosidades no deben oler ni hacer ruidos inoportunos donde todo debe oler a praderas, no a tierra mojada donde solo hay cerros y un imaginario que inventa dioses para no echarse a llorar-, porque te da vergüenza tener la piel cobriza y te pones sombreros de ala ancha o sombrillas para no quemarte con el sol- sino tienes partida en la arquidiócesis que certifique que tienes parientes en España por tus apellidos, entonces estás fuera de foco,-muchos libros leídos para terminar fumando marihuana y cerrar el círculo repitiendo una y otra vez los mismos escritos cuando sabes que nadie te escucha, que el pretexto son el alcohol, las drogas y las muchachas de siempre, si es que tienes una erección entre tu ebriedad y los tontos discursos que no recordarás al día siguiente, ¡ah!, pero te hablaba del dinero, ¿sabes cuánto cuesta ganarlo?, porque no te darán ganas de gastarlo, de tirártelo con hermosas putas francesas, mucho menos darte un gusto, y miras con desprecio los billetes, las tarjetas de banco y en ese momento recuerdas los días del olvido, las horas de trabajo, la salud que se desmedra, los boletos de la lotería, los odios ganados, ¿no se puede vivir en paz, no?, y no te gusta, ni a los demás, ni a nadie, pero no hay de otra manera, no puedes renegar de lo que le toca vivir a cada quien, que los más fuertes son los que dejan hijos bien parados sobre el mundo, sanos, respetables y temibles, con futuro, a fuerza de imposición, de tener un abuelo que ganó un prestigio que su padre también ganó y desde muchas generaciones anteriores fue así, y te vas alejando de la gente porque dices que eres feliz en soledad, pero no quieres aceptar que las reuniones sociales se hicieron para destruir vidas- dicen que quiere ser famoso y no ha aprendido a mentir, a ser hipócrita, a entender que si es nuevo, siempre será nuevo él y toda se descendencia, -cuidado y te dicen loco por no darte cuenta qué ocurre en  tus narices-, mira que está escribiendo para divertir a la gente, (los circos modernos tienen otros protocolos, solo he visto cambiar los escenarios, mas la historia sigue siendo la misma de siempre), que cuando llega la noche, el silencio abrumador te hace extrañar lo que desconoces: quieres una muchacha para amar-¿sabes qué es el amor?, ¿desconoces veo sus complicaciones?-por otra calle vi que escribieron el nombre de una muchacha diciendo que la amaban, de ella no se sabe ya nada, de él, tampoco, así es lo urbano, la memoria no existe, y eso de los libros, mucha lectura innecesaria, no sabes que en tu propio país la gente te tiene guerra gratuitamente, sea por tus apellidos o características raciales o por lo que digas,- ellas llamarán a cada momento al celular solo para saber cómo estás, ellas ya no tienen vida, solo las ganas de joderte-, mientras en el lapso de este relato leído, alguien ha muerto, alguien ha perdido el nombre o su virginidad, sea hombre o mujer o sea un nuevo desviado o desviada, alguien ha perdido su identidad o dignidad, alguien se ha vendido y alguien seguramente se está rindiendo- el muchacho ha esnifado la cocaína y se está llenando de tatuajes el cuerpo, la muchacha está bebiendo sin parar y no teme ya a los contagios, una bala corre por las calles en otras ciudades, no sabes cómo piensan, pero quieres estar en Europa para estar rodeado o rodeada de gente de piel muy blanca y de ojos de colores, mas no sabes que esa gente no te quiere a ti, otra cosa es que estén obligados a ser educados porque quieren demostrar que son más civilizados.
Y en ese lapso han ocurrido muchas cosas que no puedo imaginar ni tú tampoco, mientras me presto a prender un cigarro y ver mi agenda para elegir a qué muchacha llamar, sí, lo sé, no tuve hijos ni quiero tenerlos, he perdido en esa batalla también, pero no soy el único, si he de ser más claro, pocos son los que ganan y de igual manera, la vida se encarga de quitarte tus honores, así te ocultes en la montaña más inubicable, porque mientras tú lees esto, hay otros que se ríen y lo interpretan como una comedia o algo propio del buen sentido del humor, yo lo tomo como un pasatiempo, porque sé que de este relato no he de vivir, mientras que tú sueñas con el Nobel o, con esos reconocimientos que los tendrás, a cuesta no de tu obediencia sino tu trasero.

Julio Mauricio Pacheco Polanco
Escritor
Todos los Derechos Reservados para
Julio Mauricio Pacheco Polanco

Comentarios

Entradas populares de este blog

MANUAL PARA NO DESPERDICIAR LAS NOCHES

EL POEMA QUE HONRÓ AL MUNDO

EL CORAZÓN QUE VOLVIÓ A SU DUEÑO